Tu zona de confort puede llegar a ser tu prisión personal
¿Zona de confort, qué rayos es eso? No estoy hablando de una cama o un sillón súper cómodo, sin embargo, nuestra zona de confort es aquel lugar en el que nos sentimos tan a gusto, que no queremos salir de ahí.
La zona de confort de cada persona está formada por nuestros hábitos, costumbres, creencias y todo aquello que nos distingue como individuos. La zona de confort es a su vez la forma en que nos sentimos o reaccionamos ante diversas situaciones.
No voy a entrar en detalles de todo lo que conforma nuestra zona de confort; que dicho sea de paso, hay cursos y seminarios completos sobre ese tema.
Para hacerlo más sencillo de entender voy a compartir algunos ejemplos de lo que es mi propia zona de confort.
Durante más de 20 años había trabajado en el área de mantenimiento industrial en la parte eléctrica y electrónica; y una característica de mi zona de confort es que me siento muy a gusto trabajando con máquinas tratando de resolver alguna falla, o diseñando algo que mejore su funcionamiento. Eso para mi es como andar como pez en el agua.
Por el contrario, cuando me quedé sin trabajo hace poco más de un año a causa de economía del país; desde entonces me he dedicado a mi negocio de diseño de páginas web que vengo haciendo desde el 2006, pero que en realidad, nunca había dependido al cien por ciento de eso; y una de las cosas que más me ha costado, es el buscar relacionarme con la gente para darme a conocer, ya que como lo mencioné anteriormente, por muchos años solo trabajaba con máquinas, y no tenía hasta cierto punto necesidad de relacionarme con nadie para sostener a mi familia.
Entonces, en mi caso personal, me ha tocado salir de mi zona de confort para buscar relacionarme con tanta gente como sea posible para que mi negocio pueda florecer.
Salirse de la zona de confort implica tener que hacer cosas que no nos gusta hacer, o que al menos, no disfrutamos haciéndolas. Y por supuesto, cada uno tenemos diferentes zonas de confort. Hay quienes disfrutan creando relaciones con la gente, pero que se sienten totalmente abrumados cuando les toca resolver algún asunto sin la ayuda de nadie.
El asunto es que por lo general, si anhelamos tener éxito en la vida, tarde o temprano tenemos que salir de nuestra zona de confort, para así lograr alcanzar alguna meta u objetivo que valga la pena.
De igual manera, si permanecemos en nuestra zona de confort, lo más probable es que vamos a permanecer cómodos, pero a la vez frustrados porque no logramos alcanzar ciertas cosas en la vida. Creo que todos tenemos anhelos personales y familiares, pero normalmente sólo aquellos que deciden salir de su zona de confort, son los que por lo general logran alcanzar sus metas.
Ciertamente, es más fácil quejarse de lo mal que están las cosas, que hacer algo al respecto para buscar soluciones y salir adelante. Hay quienes ven los problemas como obstáculos impenetrables, y hay quienes los ven como oportunidades para ir más allá, esforzándose por llegar a la otra orilla del río.
Te invito a que salgas de tu zona de confort y vayas tras las oportunidades que Dios pone delante de ti; y si estás atento podrás verlas e ir tras ellas.
Deseándote éxito en la vida,
Eduardo Silva
www.EduardoSilva.biz