Ratifican vida en prisión para hermanas guatemaltecas
En un episodio más de la trama que hace algunos años estremeció a la ciudad, cuando se supo que dos adolescentes adoptadas en Guatemala habían dado muerte a su propia madre adoptiva en el condado de Gwinnett, un nuevo fallo de la Corte Superior de Georgia, ratifica la sentencia para las implicadas.
Todo se remonta a la noche del 6 de agosto de 2006 cuando ambas chicas tenían 15 años, en ese tiempo salieron de su casa en la ciudad de Buford hasta la casa de un vecino para decirle que, mientras la madre de ambas había intentado ahogar a una de ellas, la otra la había tenido que defender y la mujer estaba mal herida.
Se trata de las hermanas Brenda y Catherine O’Connel, quienes fueron adoptadas en años diferentes del mismo orfanato en Guatemala por Muriel O’connell, pero tenían la misma edad y se conocían entre sí. Brenda fue quien dijo que Catherine estaba en peligro.
En ese tiempo, la oficina del médico forense determinó que Muriel O’Connell había sufrido múltiples lesiones en la cabeza mientras estaba con vida y que posteriormente había sido estrangulado.
Durante el juicio una de las chicas finalmente confesó que ella había colocado en las manos de la mujer cuando ya estaba muerta, un cuchillo, para sostener la versión de que, ésta las habría estado amenazando con asesinarlas.
En octubre de 2008, un jurado del Condado de Gwinnett encontró a las dos chicas culpables de asesinato con malicia, homicidio y asalto agravado, y fueron sentenciados a cadena perpetua.
En su momento, los fiscales dijeron que una de las niñas mató a su madre y luego trató de hacer parecer que era en defensa propia, poniendo un cuchillo al lado del cuerpo. Las chicas dijeron que su madre las abusaba físicamente y las atacó primero, también dijeron los fiscales que las heridas que se encuentraron en las chicas eran auto infligidas y que se las hicieron para hacer parecer todo como una pelea.
En el hogar de O’Connel y sus hijas se había empezado a vivir una situación tensa, y la relación de las niñas con su madre, al parecer se había tornado agresiva, tanto fue así que la propia víctima Muriel O’Connell llegó a decirles a sus amigos que ella temía por su vida.
Durante el juicio se supo también que la madre había dejado saber a uno de sus allegados que temía que sus hijas le envenenaran su comida. No mucho tiempo después de eso, las chicas se escaparon de la casa alegando abuso. O’Connell luego las llevó a un hospital mental y trató de salir de Brenda a la que consideraba más agresiva.
Esta semana, el máximo tribunal de Georgia rechazó el recurso de Catherine O’Connell, cuyo abogado argumentaba que el estado la había discriminado por razones de raza, al escoger el jurado que terminó declarándolas culpables, lo mismo que no se tuvo acceso a la situación traumática de las menores cuando fueron adoptadas en su país.
La Corte Suprema de Georgia ha confirmado entonces las condenas y sentencias de cadena perpetua para las hermanas O’Conell por ser consideradas asesinas de alto perfil.