Demandan al sheriff de Gwinnett por abusos en la cárcel del condado
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Jesús Eberth Martínez, estaba leyendo los detalles de cómo el padrastro de su hijo había abusado reiteradamente del menor hasta darle muerte de un golpe severo en la cabeza en el mes de septiembre de 2012 en el condado de Newton, cuando tornó su dolor en violencia y gritó fuerte para liberarse del trauma y golpeó la pared de su casa.
Su mujer sorprendida llamó al 911 tratando de buscar ayuda y oficiales del condado de Gwinnett llegaron hasta su apartamento de Duluth y tras prometerle que llevarían al hombre a un hospital, convencieron a éste de ponerse la ropa y un abrigo, y una vez lo hizo lo arrestaron.
“Yo decía ¿por qué? Si lo que necesito es ayuda, tengo en mis manos el informe del asesinato de mi hijo…y el oficial dijo, sí…yo lo sé…” recordó Martínez a El Nuevo Georgia.
Cuando llegaron a la cárcel de Gwinnett al hombre no le prestaron ayuda, sino que lo llevaron a un calabozo donde lo desnudaron, le amarraron con una camisa de fuerza y lo dejaron solo, por más de 12 horas, según su propia narración.
“Luego apareció un oficial que hablaba español y me dijo que él conocía mi caso, y sentía lo que había pasado con mi hijo, pero que me iba a ayudar, y me entregó unos papeles”.
Lo que Martínez dice que el oficial de origen puertorriqueño le entregó era la autorización para que le dieran salida voluntaria del país, ya que al revisar su estatus migratorio se habían dado cuenta que tenía una visa de turista vencida.
“Dijo que no firmaría nada, entonces el oficial me dijo, ok, te quedas aquí”. Y así fue, de acuerdo al hombre de origen colombiano, lo dejaron en la celda desnudo, amarrado y solo, mientras se desgarraba de dolor por dentro.
Abusos y malos tratos
El caso de Martínez, no es único, ni es la única historia de terror vivida en la cárcel de Gwinnett, la mayoría de los que por ahí pasan tienen cosas similares o peores que contar, por eso un grupo de abogados representando a un inmigrante de origen polaco acaba de interponer una demanda en contra del sheriff de Gwinnett Buch Conway por uso excesivo de fuerza en su prisión.
El demandante dice que compró un par de zapatos por internet y como nunca le llegaron fue hasta la tienda a reclamar, y luego de una discusión con el dependiente del establecimiento, él mismo llamó a la policía de Gwinnett para que le hicieran valer sus derechos como consumidor, pero en vez de eso, fue arrestado por conducta desordenada.
Una vez en la cárcel, fue tratado como un delincuente peligroso y a pesar de que estaba esposado, varios carceleros que hacen parte del Equipo de Respuesta Rápida de la Cárcel del Condado de Gwinnett (RRT) se fueron encina de él, lo derribaron y lo terminaron sometiendo con sus pistolas de descargas eléctricas, conocidas como Taser.
Cientos de videos que hacen parte de la evidencia, y que ahora servirán para continuar el alegato en la Corte, están en poder de una firma de abogados, quienes esperan que no solo se haga justicia con su cliente, sino que se dejen las prácticas reiteradas de abusos en ese centro de reclusión.
En uno de los videos se ve como dos carceleros llevan a un hombre con grilletes en sus pies y sus manos en los bolsillos, que no va oponiendo ninguna resistencia, y sin embargo mientras uno de ellos le dice que se mueva más rápido el otro saca la pistola Taser y le da una descarga.
“Estoy sorprendido de ver estos videos. Tenemos uno que muestra a un oficial cometer un asalto a un preso que está allí de pie”, dijo Craig Jones, uno de los abogados al canal local de de noticias WSBtv.
La demanda incluye no solo al sheriff, sino a los funcionarios de la cárcel que se ven en las imágenes cometiendo los abusos contra los detenidos, muchos de los cuales, no son reclusos condenados, sino solo arrestados temporalmente por delitos o situaciones menores de comportamiento desordenado, como es el caso del demandante.
En otro video se muestra a un hombre que está sentado en una silla y uno de los carceleros se le acerca y le asesta un golpe rompiéndole la nariz.
Y en otro video estremecedor mostrado por el canal local de noticias, se observa como varios alguaciles dan descargas eléctricas a una mujer que también va esposada y una vez en el suelo le doblan las rodillas hacia atrás mientras la víctima de gritos de dolor que se convierten en alaridos hasta que queda semiinconsciente