Se unen para evitar más suicidios en Georgia
Por: Rafael Navarro- ENG
El pasado 17 de julio de 2010, Agripina Jiménez estaba en su trabajo cuando recibió una llamada que le cambiaría su vida para siempre, dice lo último que llegó a imaginarse es lo que a continuación narró porque se trataba de su hija adolescente Tifany.
“Estaba en el trabajo y me dijeron que me viniera para la casa rápido porque mi hija Tifany estaba muy mal, la habían encontrado en el baño de la casa…”
El llanto no la deja proseguir, sin embargo las fuerzas que ahora saca esta madre desde lo más profundo de su ser para compartir su historia, le da fortaleza en medio de un dolor que dice, a veces parece que ya no pudiera seguir viviendo.
Mientras manejaba para el hospital en Gwinnett le dijeron que los paramédicos habían reanimado a Tifany y que ya en el hospital los doctores la habían estabilizado. “Me entró un gran alivio, y me dije, bueno ya pasó el peligro”, narró la madre. Pero lo peor estaba por venir.
Al llegar al centro médico ya junto a otros familiares lo que tuvo que escuchar la devastó. “El médico que la atendía dijo que la niña ya estaba estable, pero si sobrevivía ya no iba a ser como antes, no iba a caminar, no iba a hablar, no iba a conocer a nadie”, comentó la madre en su momento a El Nuevo Georgia.
Fueron los dos días más largos en la espera por un milagro, pero al parecer había muy poco que la ciencia médica pudiera lograr en la recuperación de la adolescente quien asistía al séptimo grado en la escuela media de Norcross, y cuyo comportamiento hasta el día de los hechos había sido el de una niña normal.
El 20 de julio tras haber perdido una corta batalla contra el tiempo, los signos vitales de Tifany desaparecieron, las lesiones en su cerebro tras haber dejado de recibir oxigeno por espacio de entre 10 y 15 minutos le habían costado la vida y lo peor estaba por comenzar.
“Ella estaba bien, estaba sana, era alegre, le iba bien en la escuela, estaba emocionada por las vacaciones que les había prometido…yo no sé que le pasó…”
El horrendo dolor del suicidio
Las estadísticas dicen que más de 30,000 personas en Estados Unidos se suicidan todos los años. Los hispanos, que suman aproximadamente 45 millones y representan el 15 por ciento de la población, han superado a los afroamericanos como la minoría más numerosa y desafortunadamente, eso vale también en la incidencia de este tipo casos, que ahora es más dramática en niños y adolescentes.
El suicidio entre los adolescentes ha tenido un aumento dramático en los años recientes, siendo la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, y la sexta causa de muerte para los de entre 5 y 14 años.
“La adolescencia es la población más propensa a intentar suicidarse debido a sus características, ya que son personas que frecuentemente tienen conflictos en sus relaciones interpersonales”, afirma Luis Zayas, director del Centro Latino de Investigación.
Zayas manifiesta que muchas veces la falta de una relación positiva entre la madre y su hija, por ejemplo, incrementa la probabilidad de suicidio en las adolescentes hispanas entre los 14 y los 18 años, que es una tasa más alta que otros grupos.
Agripina dice que, Tifany, nunca dio muestras de depresión, mal comportamiento, malas relaciones con sus hermanos o compañeros de escuela.
“Siempre fue una niña muy alegre”, recuerda ella, hasta ese día en que estando junto a sus tres hermanos y su padrastro, se les desapareció encontrándola su hermana mayor en el baño hincada a un lado de la puerta.
“No estés jugando Tifany”, dice que le dijo su hermana, pero al ver que ésta no reaccionaba la movió y en efecto con un lazo de seda se había enredado el cuello y se había dejado caer sobre sus rodillas.
La Coalición contra el Suicidio
Michelle Zelaya, quien hace parte de la Coalición para prevenir el Suicidio en el Condado de Gwinnett, por parte de la Clínica de Educación Tratamiento y Prevención de la Adicción—CETPA, por sus siglas en inglés, dice que este tema es de gran preocupación en estos momentos dado el incremento de casos en los últimos años.
“Nos estamos dedicando a la prevención porque es por donde debe empezarse”, afirma, mientras una veintena de líderes de diversas organizaciones tratan de unir esfuerzos bajar estos índices.
Sally Vander Straeten, coordinadora del Programa de Prevención de Suicidio del condado dice que hay que acabar con los estigmas a cerca del problema y hablar del mismo haciendo énfasis en la enfermedad.
“Tú puedes salvar vidas, debemos comenzar a aprender a identificar los aspectos que llevan a una persona a auto eliminarse y eso empieza en estos grupos, educándonos y educando a la comunidad”, expresó.
De acuerdo a Adam Lesser, director de la división de salud mental del proyecto de Prevención de Suicidio entre Jóvenes, Garrett Lee Smith, alrededor de 900 suicidios ocurren cada año en Georgia y de 110 a 120 son personas entre los 10 y los 24 años de edad.
Cada año también entre 10 y 12 casos de suicidios ocurren en el condado de Gwinnett, representando un 10% del total de todo el estado y es la tercera causa de muerte entre el grupo de edad de 10 a 24 años después de los accidentes.
Las armas de la familia matan a sus propios jóvenes
Según Sally Vander Straeten, por cada hombre que es hospitalizado por intento de suicidio, 2 mujeres corren la misma suerte, el índice de muertes por esta causa de 4 mujeres por cada hombre y ellas lo intentan 2 veces más que los varones.
Cifras reveladas por las autoridades también, advierten que uno de cada tres suicidios de jóvenes en Georgia se lleva a cabo con un arma de fuego propiedad de un miembro de la familia.
Adicional a esto, cada año, en Georgia hay 700 a 800 jóvenes que son hospitalizados por intento de suicidio.
Según la Oficina de Revisión de la Mortalidad Infantil de Georgia: “Aunque las tasas varían un poco según la ubicación geográfica, en un salón de clases normal, es probable que 3 estudiantes (1 hombre y 2 mujeres) han un intentado suicidarse en el último año.”
Factores de riesgo para tener en cuenta
Entre estos factores los expertos relacionan: Depresión, ansiedad y trastornos relacionados con el estado de ánimo; El alcohol y otras sustancias; tendencias impulsivas o agresivas; Historia de un trauma, abuso o la victimización en el pasado o presente; enfermedades físicas, un intento previo de suicidio; antecedentes familiares de suicidio; desesperación y condiciones estresantes como tendencias homosexuales no aceptadas.
Señales alarmantes
Ruptura de relaciones sentimentales, entre un 25% y un 50% se dan especialmente en la universidad; La muerte de familiares o amigos; La exposición crónica a un trauma; La intensificación de niveles de conflicto – familia, amigos, escuela, tribunales, puestos de trabajo—entre otros.
La detención, la suspensión de la escuela o el trabajo; La pérdida del trabajo o de objetos o personas de valor; La posible exposición a contagios, suicidios de personas cercanas o muerte de seres queridos.
INFORMACION
Para mayor información a cerca de la Coalición contra El Suicidio, puede llamar al (678) 646 -5959, si tiene un caso de emergencia no dude en llamar al 911 por ayuda inmediata.