No dan espera los efectos devastadores del terremoto en Japón
Por: Adriana García
Tras el fuerte terremoto de 8.9 grados en la escala de Richter que según expertos trasladó la isla 8 pies de su lugar original y el tsunami que azotó a Japón la semana pasada, comienzan a registrarse otro tipo de efectos negativos para este país considerado la tercera economía mundial.
Además de los más de 3 mil muertos, 6 mil desaparecidos y cerca de 25 mil damnificados, cifra que aumenta con los días; junto con la amenaza de un posible desastre nuclear ante la explosión de dos reactores de la planta Fukushima Daiichi dañada por el sismo; la economía de Japón comienza a mostrar los primeros estragos.
Durante la primera jornada bursátil del pasado lunes, los precios de las acciones japonesas cayeron abruptamente. El índice Nikkei cerró con una caída del 6.18% hasta situarse en 9.620,49 unidades, como consecuencia de la suspensión en la producción de importantes compañías japonesas en el noreste del país, zona directamente afectada, y de algunas otras compañías ubicadas en áreas donde se han tenido que ajustar las actividades laborales de acuerdo con los escalados recortes de electricidad o bien, debido a las verificaciones de seguridad de instalaciones dañadas. Entre algunas importantes empresas destacan Sony, Panasonic, Toyota, Honda, Toshiba y Nissan, de las cuales éstas dos últimas ya han registrado bajas en sus acciones.
Tecnológicamente hablando, el impacto es importante si se considera que compañías como Toshiba fabrican alrededor de un tercio de chips de memoria NAND del mundo, que se encuentran en dispositivos como el iPad de Apple y su precio ha aumentado hasta en un 12.5%.
De aquí que algunos precios en los chips NAND de 16 gigabytes de memoria flash aumentaron considerablemente. Resulta increíble la alta dependencia tecnológica del mundo hacia países como Japón, la cual se nota particularmente cuando se restringen los subsidios de estos productos como consecuencia del desastre natural.
Otro ejemplo es el hecho de que los mares alrededor de Japón constituyen un importante centro para las telecomunicaciones, toda vez que cables submarinos forman parte fundamental del Internet global. De acuerdo con TeleGeography, la mayoría de las estaciones terminales de cable de Japón están al sur de Tokio, por lo que en esta ocasión no hubo un gran impacto, sin embargo, algunas otras partes de la infraestructura de comunicación de Japón sí resultaron dañadas como el operador telefónico NTT East Japan que afectó a 879 mil líneas de telefonía.
Por su parte, el yen perdió valor frente a 13 de las 16 principales monedas del mundo y el precio del barril de petróleo cayó a menos de $99 dólares en los mercados asiáticos, ante la reducción de la demanda del crudo luego de que 3 de las 5 principales refinerías japonesas han interrumpido sus operaciones.
Para remediar el impacto negativo del terremoto y maremoto en la economía japonesa, el Banco central de Japón ha prometido inyectar cerca de $183 mil millones de dólares como fondo de emergencia en el sistema bancario, a fin de estabilizar los mercados.
Si bien, algunos analistas financieros consideran que Japón será capaz de absorber los costos del terremoto, gracias a su amplio ahorro nacional, existe incertidumbre por parte de la población japonesa respecto al costo total tanto económico como social que tendrá el fenómeno natural en Japón, especialmente cuando no se ha establecido el número total de afectados, ni se ha resuelto el problema para lograr el enfriamiento total del rector de la planta Fukushima, que podría derivar en otro desastre de tipo nuclear.
Se sabe que si el núcleo del contenedor del reactor comienza a fundirse, podría crearse una situación de emergencia por la fuga de radiación. Por supuesto se intenta evitar que suceda un accidente como el de hace 25 años en Chernobyl, que si bien científicos afirman estar lejos de ocurrir, algunos ciudadanos japoneses continúan cuestionando dicha posibilidad ante la desconfianza creada sobre la veracidad de los reportes gubernamentales en cuanto a los niveles de radiación registrados en los alrededores de la planta.