Estados Unidos lanza un ataque contra Siria
Por: Adriana García M.
El pasado 6 de abril, el Presidente Donald Trump ordenó el ataque a bases militares aéreas sirias, luego de que el gobierno sirio bombardeara la ciudad de Jan Sheijun con armas químicas el 4 de abril y fueran promovidas impactantes escenas en las que se observan los efecto letales de químicos en hombres y niños, que resultaron en el fallecimiento de 87 personas, entre estos 31 niños.
El lanzamiento de 59 misiles crucero Tomahawk constituyó la primera operación militar estadounidense contra el gobierno de Bashar al-Assad, dirigida a destruir la capacidad armamentista siria para continuar operando con armas químicas.
Trump señaló que esta acción no sólo es una violación a los convenios internacionales sobre el uso de armas químicas, sino que también constituye una amenaza potencial para la seguridad de los Estados Unidos, y que las condenas contra el gobierno Sirio hechas por la ONU no han sido suficientes para defender a una población civil indefensa.
Las críticas contra el Presidente Trump no se hicieron esperar. Varios legisladores estadounidenses condenaron el hecho de que Trump no notificara al Congreso sobre el ataque, tomando una decisión de este nivel de modo unilateral.
Por su parte, el dictador Bashar al-Assad, que ha gobernado Siria por los últimos 17 años y ha enfrentado una guerra civil por más de 6, negó que su gobierno haya ejecutado dicho ataque químico contra su población. Si bien, continúan las investigaciones sobre el origen de tal agresión, especialistas en armas químicas han señalado que la dimensión y características del ataque químico apuntalan sin duda al ejército gubernamental sirio.
Asimismo, el Presidente ruso Vladimir Putin denunció ante el Consejo de Seguridad que el ataque estadounidense constituye un acto de agresión contra un Estado soberano, declaraciones que han sido consideradas como un argumento de apoyo a Assad.
Cabe decir que esta guerra civil inició en el 2011, cuando la población exigió la dimisión de al-Assad quien haciendo uso de diversos recursos políticos se instituyó en una dictadura y dejo a un lado el régimen democrático.
Desde entonces se identifican diversos actores en tal conflicto: por un lado, el Presidente sirio apoyado por Rusia e Irán y milicias chiítas armadas y por el otro, las milicias laícas afiliadas al Ejército Sirio de Liberación, apoyadas por milicias islámicas locales, la filial de Al Qaeda e ISIS. Sin embargo, hay que notar que en algún tiempo naciones como Arabia Saudita, Turquía y Qatar, asistidas por CIA, armaron y asistieron financieramente a las milicias rebeldes.
Luego milicias laicas e islámicas combaten entre sí y aprovechando esta situación, los Kurdos han apoyado ambos bandos según su interés y conveniencia en el momento, situación que también ocurre con ISIS y Al Qaeda por lo que la incidencia de actos terroristas, uso de armas químicas y masacres es incontable e incontrolable, afectando única y directamente a la población civil atrapada en el conflicto.
Así pues, los ataques son a veces ejecutados por el gobierno en contra de poblaciones controladas por la rebelión y otras veces los grupos rebeldes atacan zonas poblacionales controladas por el gobierno.
Si bien, aún se desconoce el alcance que tendrá la intervención estadounidense en Siria, analistas expertos señalan que la operación militar de Trump ha puntualizado el poder militar de los Estados Unidos en el mundo, sugiriendo que dicha fuerza será usada cuando la acción militar de cualquier otro país amenace la seguridad nacional estadounidense. Puede decirse que entre algunos de los destinatarios de este mensaje están Irán,China, Korea del Norte y Rusia.