La Unión Europea en aprietos
Mientras que en Estados Unidos el tiempo apremia a los legisladores estadounidenses para votar a favor o en contra de una extensión en el recorte al impuesto sobre nóminas salariales, que afectaría a cerca de 160 millones de americanos a partir del primero de enero del 2012.
Y en tanto, el Presidente Barak Obama exhorta al Congreso a extender tal medida a fin de que muchas familias de clase media sean beneficiadas, sin que realmente el partido Republicano ni el Democrático logren una conciliación en el tema.
En Europa, está por celebrarse una cumbre de suma importancia el próximo viernes en Bruselas, donde Alemania y Francia propondrán a los 27 países de la Unión Europea reformar el Tratado de Maastricht que dio origen a esta zona.
Con el fin de lograr una salida a la crisis de deuda pública en la región, la propuesta de ambos países estará enfocada en promover la sanción de todos aquellos países que incumplan con la disciplina presupuestaria del tratado, que contempla sanciones automáticas para aquellos estados que superen el límite de un déficit de 3% de su Producto Interno Bruto (PIB).
Originalmente, el tratado de Maastricht establece un esquema de homologación de los diversos indicadores económicos de los países miembros a través de un límite al presupuesto público con base en un tope de deuda como porcentaje del PIB, un límite al déficit público como porcentaje del PIB, el pago de intereses sobre el presupuesto público y esquemas tributarios también con base en el PIB. Pero la negligencia en el cumplimiento de dichos términos por parte de algunos miembros europeos ha sido responsable de la presente crisis económica y monetaria en Europa.
De acuerdo con la propuesta del presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel, la UE podrá mantener la estabilidad monetaria del euro mediante la emisión de un rescate permanente a favor de las naciones con economías críticas que están en riesgo de impago.
Sarkozy afirmó que la emisión de eurobonos no es una salida a la crisis de deuda y que es necesario pagar dichas deudas, reducir los déficits de los países en crisis y con ello restaurar el crecimiento en la región. Se espera que Gran Bretaña se oponga a la propuesta de Alemania y Francia dado su interés de preservar su autonomía monetaria. Sin embargo, es previsible que tanto Merkel como Sarkozy estén dispuestos a aplicar el consenso de los 17 miembros de la zona euro y dejar a la discreción de los demás integrantes el apoyar o no dichas medidas.
Italia aprobó recientemente un nuevo plan de ajuste presupuestario por un valor de 30 mil millones de euros, mientras que Bélgica y Grecia ya anunciaron sus propias medidas de austeridad que han provocado el enojo e indignación de sus connacionales, registrándose variados actos de protesta en diversas ciudades europeas.
Por su parte, la agencia calificadora de riesgos Standard & Poor’s colocó en perspectiva negativa la calificación “AAA” de deuda soberana de Alemania, Francia, Austria, Luxemburgo, Finlandia, Holanda y otros países de la zona euro.
La calificación triple A es la mejor calificación posible que un país pueda obtener en términos crediticios, pero el quedar en vigilancia negativa podría significar la posibilidad de bajar un peldaño hacia AA en un plazo de 90 días, si los países no recobran la confianza en el pago de sus deudas.
Esta calificación de triple A permite a un país pedir dinero prestado a un tipo de interés muy ventajoso en los mercados, por lo que dicha evaluación impacta la confianza tanto en el inversionista como en el otorgante crediticio, además de sugerir una profunda recesión económica en la región. Grecia está actualmente calificado con “CC”, nivel que denota una alta posibilidad de cesación de pagos en el corto plazo.