Posturas encontradas en torno a la orden ejecutiva de Obama sobre Inmigración

Por: Adriana García

En una conversación casual con un americano, encargado de coordinar las actividades entre diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajan para ayudar a la población local de escasos recursos, surgió el controversial tema de la inmigración y los posibles efectos de la decisión ejecutiva de Obama en el país.

En esta ocasión, la opinión de esta persona, quien ha trabajado más de 25 años con la comunidad latina, fue positiva respecto a la posible legalización de más de 4 millones de ilegales que viven en el anonimato en los Estados Unidos.

“Sí esta gente viene a trabajar lo que algunos ciudadanos americanos desdeñan en cuestión de actividades laborales, que se legalicen y sean acogidos por el sistema,” afirmó con acento sureño y es que, de acuerdo con su experiencia, actividades como la jardinería, limpieza, construcción o el trabajo en el campo, son entre algunos otros trabajos, menospreciados por “la población estadounidense particularmente por aquellos acostumbrados a sobrevivir bajo el cobijo de un sistema social imperfecto”.

Esta idea es, por supuesto, una de tantas que refleja la complejidad del problema migratorio y el desacuerdo público que existe respecto a la resolución de éste. Así como hay posiciones positivas, también se cuentan las negativas. Destaca el caso de la legisladora republicana por Minnesota, Michelle Bachmann y del legislador de Iowa, Steve King, quienes pertenecen a la coalición de asambleístas que se oponen a cualquier iniciativa que ofrezca un status legal a los ilegales.

Prolíficos recaudadores de recursos para sus campañas del Tea Party, Bachmann y King, junto con algunos otros republicanos, consideran que el Presidente Barak Obama se ha excedido en sus funciones presidenciales al aprobar una medida que permitirá la legalización temporal de inmigrantes que pasen las revisiones de antecedentes y hayan pagado impuestos retroactivos. En respuesta a su acción, King y Bachmann quieren que el Congreso emita una orden de desaprobación de dicha orden, seguida de un voto de censura y la presentación de una propuesta de presupuesto, en el que se excluyan los recursos necesarios para ejecutar el plan de Obama. Esta estrategia es apoyada por varios republicanos, incluso King habla sobre la posibilidad de llamar a un juicio político contra Obama, además de insistir en su proyecto para construir un sistema de cercas de tres niveles que se extiendan sobre 3, 200 km de la frontera común entre México y Los Estados Unidos.

En esta polarización de posturas en torno a inmigración, la opinión pública respecto a la orden ejecutiva es mixta. En una pequeña encuesta del CNN/ORC aplicada a una muestra de mil personas, el 26% de los estadounidenses consideró que Obama fue muy lejos con su plan, el 22% consideró la medida insuficiente, mientras que el 50% estuvo de acuerdo. Un 41% estuvo a favor de la utilización de la orden ejecutiva, mientras que un 56% la consideró incorrecta. El 16% de los encuestados dijo estar enojado con Obama, el 27% disgustado, a un 25% no le importó, mientras que un 41% se manifestó satisfecho. El 38% de los encuestados dijo que apoyaría a los republicanos, mientras que un 76% indicó que los republicanos deberían invertir más tiempo en estudiar la reforma migratoria.

Finalmente, se advierte que de un total de 11 millones de ilegales, sólo 3.5 millones podrían calificar para la regularización, de los cuales entre un 50 y 60% son mexicanos, lo que corresponde a 2 millones de indocumentados.