Protestas masivas contra Wall Street

Por: Adriana García

Mientras en el mundo Hazem Beblawi renuncia como vice primer ministro de Egipto por ciertos conflictos con cristianos; el gobierno de México detiene a 36 miembros del cártel del Golfo y confisca 4 toneladas de mariguana; la ONU reporta el tráfico de cerca de 2 millones de mujeres y niñas en el mundo a través de diversas fronteras internacionales y el sunita sirio Mufti Ahmad Badreddine Hassoun amenaza a los Estados Unidos con ataques terroristas si interviene en los asuntos de Siria.

En Nueva York continúa el movimiento Occupy Wall Street, donde cientos de ciudadanos se mantienen frente al epicentro mundial de poder financiero Wall Street, desde el pasado 17 de septiembre, en protesta contra las políticas financieras de las grandes organizaciones corporativas que aprovechan la actual crisis financiera y la actual recesión económica de los Estados Unidos.

Organizaciones estudiantiles, sindicalistas y activistas como Avaaz, MoveOn.org, Partido de las Familias Trabajadoras, el grupo Nueva York Unido, Unión de Inquilinos de Chinatown y el Sindicato de Trabajadores del Transporte Público, entre otros, y quienes a través de redes sociales en el Internet promueven el continuo apoyo a este movimiento, califican dichas manifestaciones como protestas ad hoc en busca de justicia social, democracia real y un freno a la corrupción y abuso de la cúpula financiera de este país.

Las manifestaciones que se han extendido a más de 50 ciudades norteamericanas, son en la opinión pública general la expresión del elevado desempleo, el reciente aumento en el índice de la pobreza y la falta de solución a los problemas dejados por la recesión.

Éstas se ha convertido en una desafiante respuesta de la sociedad civil estadounidense contra los excesos del sistema financiero y que no han decrecido en su poder de convocatoria.

Recientemente en Boston, más de 50 personas fueron arrestadas, mientras que en Nueva York fueron aprendidas cerca de 700 personas el pasado fin de semana al intentar bloquear el puente de Brooklyn. Por su parte, la policía de Nueva York se ha quejado sobre el costo que estas protestas ha tenido para el departamento, calculado en cerca de 2 millones de dólares.

De acuerdo con el Presidente Barak Obama las protestas “expresan la frustración del pueblo estadounidense que siente tuvo la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, junto con el enorme daño colateral…” y es una prueba de que aún se “ven las mismas personas que actuaron de manera irresponsable tratando de luchar contra los esfuerzos por acabar con las prácticas abusivas que nos metieron en este problema desde un comienzo”.

Obama indicó que entendía las preocupaciones de la opinión pública acerca de cómo funciona el sistema financiero del país y señaló que los estadounidenses ven a Wall Street como un ejemplo de que la industria financiera no siempre sigue las reglas. El Mandatario enfatizó que Estados Unidos necesita tener un sector financiero sólido y eficaz para que la economía crezca y aseguró que el proyecto de ley de regulación financiera que él defendió garantiza una supervisión más estricta de la industria financiera.

Para los protestantes, la principal preocupación de la gente está en la influencia que las corporaciones financieras tienen en la actual política económica del país y con afirmaciones como “no es un delito demandar que nuestro dinero sea gastado para resolver los problemas de la población, no para masivos rescates de las corporaciones”, los manifestantes afirman que los delincuentes reales de la mala economía están en las juntas y las oficinas ejecutivas de Wall Street y no en las marchas por empleos, salud y una moratoria en las ejecuciones hipotecarias.