Aprueban leyes más severas contra trata de personas en Georgia
Por: Rafael Navarro- ENG
La Cámara de Representantes de Georgia aprobó el Proyecto de Ley 200 por una votación de 168 a 1, mostrando un amplio apoyo bipartidista para la medida. Introducido por el Representante Estatal Edward Lindsey (R-Atlanta), la HB 200 endurece las penas contra los individuos comprometidos en el tráfico de personas con fines de esclavitud sexual.
“Debemos hacer todo lo posible para combatir la práctica de la trata de personas, y buscar una legislación como ésta que le dé a los agentes del orden las herramientas necesarias para atacar esta mala práctica en el estado de Georgia”, dijo el representante de Lindsey, en un comunicado.
La HB 200 aclara y define en términos más amplios todo lo relacionado con la esclavitud sexual, aumenta las penas para las personas que son declaradas culpables de trata de seres humanos, establece herramientas de ley adicionales para combatir estas prácticas y amplía la ley en cuanto a decomiso de propiedades a quienes sean condenados por tráfico humano.
En concreto, el proyecto de ley perfecciona la definición de la coacción, la servidumbre sexual y el engaño que hasta ahora se había usado en la ley de Georgia. También agrega nuevos términos a la sección del código referente a la trata de personas, incluyendo las definiciones que hasta el momento se utilizaban en leyes relativas a la explotación sexual de los niños.
Además, la legislación aumenta las penas para la prostitución, mantener un lugar de prostitución y el proxenetismo.
Estas penas se agravan si el delito involucra a una persona menor de 16 años. Por último, el proyecto ayuda a hacer cumplir la ley dando a la Oficina de Investigación de Georgia (GBI) autoridad para investigar los delitos relacionados con la trata de personas, esclavos laborales o servidumbre sexual.
El caso más sonado
El caso más sonado en Georgia en los últimos años de tráfico humano con fines de esclavitud y explotación sexual es el de los hermanos Amador y Juan Cortez Meza, oriundos de México, quienes entre los primeros meses del 2006 a junio del 2008, trajeron mujeres de remotos pueblos de su país hasta Norcross en el condado de Gwinnett donde las mantenían cautivas.
Un jurado federal condenó a la máxima pena a Amador Cortés-Meza, de 36 años a finales del 2010, por múltiples cargos de tráfico sexual y contrabando de personas asociados a una red para forzar a mujeres y jóvenes a practicar la prostitución.
Nueve de las diez víctimas dijeron al tribunal cómo habían sufrido en manos de esta red de tráfico de personas, contándole sobre amenazas físicas, golpizas e intimidación recibidas.
Todas las noches, Amador Cortés-Meza entregaba a las víctimas a conductores que las llevaban a apartamentos y hogares en Duluth, Chamblee, Cantón, Marietta, Forrest Park, y a lugares lejanos como Alabama y Carolina del Norte para proveer sexo comercial a hasta 40 clientes por noche.
Las víctimas atestiguaron que se le cobraba $25-$30 dólares a cada cliente por 10 a 15 minutos con ellas, de los cuales los conductores recibían $10 dólares. El jurado condenó a Amador Cortés-Meza por 19 cargos, incluidos cargos de tráfico sexual por fuerza, fraude y coerción; tráfico sexual de menores; conspiración; importación y alojamiento de extranjeros para fines de prostitución; y contrabando de extranjeros a los Estados Unidos, ahora enfrenta una
La Línea Abierta del Departamento de Seguridad Nacional para denunciar delitos de tráfico humano y trata de blancas es (1-866) 347-2423.