Neymar, el mejor de la Confederaciones.
Desfachatado, sin freno. Con poses de crack, y figura, pero por momentos, las desatenciones y fallas justas para un joven de 21 años. Neymar, la nueva joya del futbol mundial, llegó a la Confederaciones recién fichado por el Barcelona, con la mira de todo el mundo sobre sus pies, y no falló. Cargó al equipo en sus hombros, ofreció su clase, y conquistó el torneo que impulsa a su país a ilusionarse con la próxima Copa del Mundo.
Desde el primer partido, Neymar se mostró comprometido, y se levantó como la punta de la lanza que creó Felipe Scolari en el ataque amazónico. No tardó ni tres minutos en el torneo para hacerse presente en el marcador cuando inauguró los cartones en el debut de Brasil ante Japón.
Neymar cumplió. Dejó de ser una promesa con su selectivo, y además de ser elegido el Mejor jugador del torneo por la FIFA, les dio el título, con el respaldo de su gente, y un futuro impresionante en Barcelona; sin embargo, una nueva cita, y un nuevo reto surge en la agenda de la joya brasileña: la Copa del Mundo de 2014, en la cual, las miradas del planeta estarán puestas nuevamente en su número 10.