El sufrimiento

Por: Rafael Valter

John Stott pastor anglicano, teólogo y líder del movimiento evangélico mundial dijo que: “El sufrimiento constituye, sin lugar a duda, el mayor desafío para la fe cristiana”, y lo dijo con justa razón, los cristianos no estamos exentos de sufrimiento y muchas personas no entienden qué sentido tiene ser cristiano si vas a sufrir lo mismo que los que no creen en Dios.

Ese fue el caso de Joni Aerechson Tada, una cristiana que, en el verano de 1967, cabalgó con su hermana hacia la bahía de Chesapeake para nadar. El resultado fue trágico. Joni se tiró en agua poco profunda, se golpeó la cabeza en una roca y quedó cuadripléjica. Paralizada del cuello abajo.

Por dos años estuvo en una rehabilitación dolorosa y aprendió a hacer algunas cosas como pintar con la boca, y tuvo tiempo de meditar lo que su discapacidad significaba para su fe.

Al principio estaba enojada con Dios y demandaba saber porque Dios había permitido que esto sucediera, muchas veces deseando haber muerto, pero después se dio cuenta que Dios entendía su debilidad y estaba con ella.

Lo que la hizo entender fue una amiga que le dijo: “Joni, Jesús sabe cómo te sientes, Él también estuvo paralizado, Él no se podía mover o cambiar posición en la cruz, estuvo paralizado por los clavos.”

Dice que sintió consuelo al darse cuenta de que Dios había experimentado lo que ella sentía diariamente y lo sintió tan cerca que pudo darse cuenta de cuanto la amaba; se dio cuenta que no tenía ninguna identidad sin Cristo y eventualmente Dios se volvió suficiente.

Oré por sanidad y eventualmente vendrá dice ella, porque la biblia habla de cuerpos glorificados, y el tiempo que me falta para tener uno, Dios estará conmigo.

La diferencia entre un cristiano y un no creyente no es que no sufre, es que tiene esperanza, y recibe en medio de la desgracia la consolación de un Dios que entiende el sufrimiento, Jesús no es producto de tu imaginación, ni un simple profeta, tampoco un iluminado, o un humano exaltado, es Dios en la carne que vino a morir por amor de ti.

Miles de personas han venido a los pies de Cristo por el testimonio de Joni, personas que cambiaron su eternidad por el sufrimiento de ella, eso hizo Cristo a escala universal como fue profetizado en Isaías 35:4b “…Dios mismo vendrá, y os salvará”.