Gotas de Gracia

Por: Héctor Guzmán

La celebración Navideña llegó a su término después de un buen tiempo de reflexión personal a cerca del significado del Nacimiento de Jesús hace más de 2000 años y es mi deseo que hoy se encuentre más cerca de Jesús y más cerca de experimentar la Gracia que él nos vino a dar de manera incondicional y superabundante.

Ahora que es inicio de año, quiero proponerle un buen propósito para este nuevo comienzo que seguramente estará lleno de grandes oportunidades, el nuevo propósito es que una vez que hemos podido comprender mejor el significado de vivir por Gracia y no por las obras, podamos aplicar esa Gracia en todas y cada una de nuestras relaciones personales.

La Gracia no es sólo para ser recibida por nosotros, sino que, en cierto sentido, es también para todos. Digo, “en cierto sentido” porque nuestra relación con las demás personas es diferente a la relación de Dios con nosotros.

Él es infinitamente superior Juez y Gobernador moral del Universo. Todos nosotros somos pecadores y estamos en el mismo plano unos y otros. Por lo tanto, no podemos ejercer la Gracia como la ejerce Dios, pero podemos relacionarnos entre nosotros como quienes han recibido Gracia y desean obrar con los principios de la Gracia.

Y es que en realidad, no experimentaremos esta paz con Dios ni el gozo de Él si no estamos dispuestos a conceder esta Gracia a los demás. Éste es el meollo de la parábola de Jesús en cuanto al siervo sin misericordia que aparece en Mateo 18:23-23.

El Señor narró la historia de un hombre al que le había sido perdonada una deuda de diez mil talentos (varios millones de dólares), pero que no estuvo dispuesto a perdonar a su consiervo que le debía apenas cien denarios (unos pocos dólares).

La verdad no expresada en la parábola es, desde luego, que nuestra deuda de pecado para con Dios es de “millones de dólares”, mientras que la deuda de los demás para con nosotros es, en comparación, de apenas unos cuantos dólares.

La persona que viva por Gracia ve este enorme contraste entre sus pecados contra Dios y las ofensas de los demás contra ella. Perdona a los demás porque ella misma ha sido misericordiosamente perdonada, y se da cuenta de que, al recibir el perdón de Dios por medio de Jesucristo, ha perdido el derecho a ofenderse cuando los demás le hacen algún daño.

Práctica la amonestación de Pablo, en Efesios 4:32: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

Ese es el propósito que le tengo para su lista de deseos de este 2012. Que este año podamos seguir experimentando la superabundante Gracia de Dios y como siempre le invito, a que me escriba un correo electrónico con sus comentarios a hector@crosspointsmyrna.org

Si desea saber más sobre estos temas y busca una Iglesia donde aprender a vivir por la Gracia, lo invito a que asista con nosotros a Crosspoint Encuentro Church, una Iglesia con dos Congregaciones, todos los Domingos a las 10:00 AM en Inglés y 12:30 PM en Español, teléfono 770-383-1292 y 770-333-1775.

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Rafael Navarro

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