Gotas de Gracia
Por: Héctor Guzmán- Especial para El Nuevo Georgia
Permítame iniciar este texto con una pregunta, y sobre todo en época de impuestos, reembolsos y pagos, ¿Se puede usted calificar como una buena persona, que no le hace daño a nadie, que no roba, que no se mete en problemas y hasta sus finanzas están sanas?, pues le tengo malas noticias, más allá de que le salió usted debiendo dinero al IRS y no tendrá reembolso para recuperarse de la cuesta de enero.
Todos estamos en ¡Bancarrota!, La palabra suena espantosa. En realidad, es más que una palabra: es una expresión. Significa fracaso, insolvencia, incapacidad de pagar las deudas, quizás la ruina económica.
Aún en nuestra permisiva sociedad, estar en la bancarrota da a entender cierto grado de desgracia y vergüenza. ¿Puede usted imaginarse a un muchacho jactándose frente a sus amigos de que su padre acaba de declararse en bancarrota?
Pero en el ámbito moral, la palabra bancarrota tiene un sentido aún más denigrante, pues decir que una persona está moralmente en bancarrota significa decir que tal persona carece totalmente de cualidades morales respetables. Es como comparar a esa persona a un Adolfo Hitler. Es poco más o menos lo peor que se puede decir acerca de una persona.
El caso es que todos en este mundo estamos espiritualmente en bancarrota, En realidad, toda persona que haya vivido sobre la tierra, con la suprema excepción de Jesucristo –independientemente de su postura religiosa- ha estado en bancarrota espiritual. Fíjese bien como el Apóstol Pablo se refiere a la misma en Romanos 3:10-12.
Así está escrito: No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!
¡Otra mala noticia!, pero espere hay más. Además de estar completamente quebrados, no tenemos ningún activo, o bienes con los cuales podamos entregar a Dios como pago parcial por nuestra deuda. Hasta “nuestras justicias son como trapo de inmundicia” ante sus ojos (Isa 64:6). Éramos unos menesterosos espiritualmente y teníamos una deuda que no podíamos pagar.
Ahora sí, ¡La buena Noticia!, es que supimos entonces que la salvación es un regalo de Dios, que la salvación es totalmente por gracia, por la fe y no por obras, para que nadie se gloríe (Rom. 6:23, Efe. 2:8 y 9). De modo que renunciamos a poner nuestra confianza en cualquier supuesta justicia de nuestra parte y nos volvimos en fe sólo a Jesucristo para nuestra salvación, de modo que con ese acto nos declaramos en bancarrota espiritual.
Así que le invito, a que en esta temporada donde se habla mucho del dinero y poco se ve de eso en su bolsillo, nos declaremos en bancarrota, para que el poder de la gracia de Dios, pueda ser nuestro sustento e medio de nuestras dificultades y deudas.
Pues finalmente, en medio de nuestras debilidades el poder de Dios se perfecciona en nosotros. Así pues, bástele la gracia de Dios. 2 Corintios 12:9.
Si desea saber más sobre estos temas, por favor escriba a hector@crosspointsmyrna.org o asista con nosotros a Crosspoint Encuentro Church, todos los Domingos a las 10:00 AM en Inglés y 12:30 PM en Español, en el 4061 King Springs Rd. Smyrna GA 30082, teléfono 770-333-1775.
Que la superabundante gracia de Dios sea siempre sobre usted en Jesús.