Gotas de Gracia.

 Gotas de Gracia.

En cierta ocasión escuché la definición de que la Gracia de Dios consiste en completar la diferencia que existe entre los requerimientos de su justa ley y lo que nos falta a nosotros para cumplir con esos requerimientos.

Decía esa definición que ninguno de nosotros es suficientemente bueno como para ganar la salvación por nosotros mismos, y por ello la Gracia de Dios simplemente suple lo que a nosotros nos falta. Así, pues, hay quienes reciben más Gracia que otros, pero todos reciben la Gracia suficiente para lograr la salvación. Por lo tanto, nadie tiene por qué perderse ya que hay suficiente Gracia al alcance de todos.

Esta definición de la Gracia suena muy generosa, en realidad, al decir que Dios suple lo que a nosotros nos falta. Pero el problema con esta definición es que no es cierta, pues representa un grave concepto falso en cuanto a la Gracia de Dios y una concepción inadecuada de nuestra condición de pecadores ante un Dios Santo.

Es importante que estemos seguros de tener una concepción bíblica de la Gracia, pues la gracia constituye el meollo del Evangelio. En realidad no es necesario que alguien comprenda toda la teología de la Gracia para ser salvo, pero si la persona tiene un falso concepto de la Gracia, entonces eso significa que no entiende realmente el Evangelio.

Necesitamos entender lo que realmente significa la Gracia Salvadora, por dos razones: La Primera, por que todo lo que hasta ahora hemos escrito y seguiremos haciendo, da por sentado que el lector ha experimentado la Gracia Salvadora de Dios, que ha confiado sólo en Cristo para su salvación eterna.

Sería una fatal injusticia que le dejara creer que todas las maravillosas provisiones de la Gracia Divina de las que hablaremos posteriormente le pertenecen a alguien que no ha logrado la salvación a través de Jesucristo.

Segunda, aunque esta columna trata sobre el cómo vivir por la Gracia, ésta es siempre la misma, ya se trate de la Gracia que Dios ejerce al salvarnos o de la Gracia que vierte sobre nosotros como creyentes. Cualquiera sea la manera en que la Biblia defina la Gracia Salvadora, esa misma definición se aplica en el vivir día tras día de nuestra vida.

Sabe, el Evangelio está dirigido a los que no tienen dinero ni buenas obras. “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed.

Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche” (Isaías 55:1). El Evangelio nos invita a venir y “comprar” la salvación sin dinero y sin precio. Pero notemos que la invitación es para los que NO tienen dinero, no para los que no tienen suficiente. La Gracia no es un asunto en el que Dios suple la diferencia, sino en el que Dios provee todo el “precio” de la salvación a través de su Hijo, Jesucristo.

El apóstol Pablo se refirió a este tema en Romanos 3:22 al decir: “Por que no hay diferencia.” No hay diferencia entre judíos y gentiles, ni entre religiosos e irreligiosos, ni entre la persona más decente y las más degenerada. No hay ninguna diferencia entre nosotros, pues todos hemos pecado y hemos sido destituidos de la gloria de Dios.

Decir que la Gracia de Dios suple la diferencia de lo que Dios exige de nosotros, es como comparar los intentos de dos personas de cruzar con un salto el Gran Cañón del Colorado. Éste tiene aproximadamente catorce kilómetros de ancho de un borde al otro. Supongamos que una de las dos personas puede saltar unos nueve metros desde un extremo, mientras que la otra puede saltar sólo dos metros.

¿Qué más da? Es verdad que una persona puede saltar cinco veces más lejos que la otra, pero en cuanto a catorce kilómetros, eso no hace ninguna diferencia, amos saltos son absolutamente inútiles para cruzar el cañón.

Y cuando Dios construyó un puente a través del “Gran Cañón” de nuestros pecados, Él no lo dejó inconcluso nueve metros, ni siquiera dos, para que nosotros construyésemos el resto, sino que construyó totalmente el puente a través del único camino al Padre, Jesucristo, su hijo.

La próxima edición seguiremos explorando esta preciosa Gracia de Dios, por lo pronto, le animo a que me escriba un correo electrónico con sus comentarios a hector@crosspointsmyrna.org, la primer persona que lo haga, anexando su nombre y dirección, será acreedora de un obsequio.

Si desea saber más sobre estos temas y busca una Iglesia diferente, lo invito a que asista con nosotros a Crosspoint Encuentro Church, una Iglesia con dos Congregaciones, todos los Domingos a las 10:00 AM en Inglés y 12:30 PM en Español, en el 4061 King Springs Rd. Smyrna GA 30082, teléfono 404-957-2522 y 770-333-1775.

Que la superabundante Gracia de Dios sea siempre sobre usted en Jesús!

Rafael Navarro

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