La historia de Halloween y una perspectiva bíblica
Por: René Jaco*, especial para El Nuevo Georgia.
El tema dominante de Halloween está directamente relacionado a lo sobrenatural, suficientemente desinfectado para el consumo popular. Miles de personas, muchos de ellos que profesan ser Cristianos, participarán en la celebración de esa noche sin pensar mucho en el sentido profundo de lo que están haciendo.
Desconocido para mucha gente, la esencia de las celebraciones de Halloween está basada en las interpretaciones modernas de la Wicca (Brujería) del paganismo pre-Cristiano, que envuelve ritos ocultistas y prácticas que los Creyentes en Mesías no debieran practicar.
Halloween o Hallowe’en [‘ha.lo.wi?n] o Noche de Brujas es una fiesta proveniente de la cultura celta que se celebra principalmente en los Estados Unidos en la noche del 31 de octubre. Los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta.
Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase “truco o trato”, “dulce o truco” o “dulce o travesura” (proveniente de la expresión inglesa (trick or treat). Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.
La palabra Halloween es una derivación de la expresión inglesa All Hallow’s Eve –Víspera del día de los Santos–, se celebraba en los países anglosajones, principalmente en Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. Pero actualmente se celebra en casi todos los países occidentales con mayor o menor presencia.
Sus orígenes se remontan a los celtas, y la fiesta fue exportada a los Estados Unidos por emigrantes sobre todo irlandeses en el siglo XIX, más o menos hacia 1846. La fuerza expansiva de la cultura de Estados Unidos ha hecho que Halloween se haya popularizado también en otros países.
El día de Halloween, en tiempos modernos se considera una fiesta estadounidense.
La historia del Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, precisamente el día 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar.
Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las “decoraban” con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos se guiaran por medio de estos hasta llegar a un lugar mejor. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.
El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine comercial estadounidense.
Es típica la imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de ese oscuro y tranquilo barrio de casas. Esta imagen en esos países no está muy alejada de la realidad.
Se dice que la noche de Halloween, la puerta que separaba el mundo de los vivos del más allá se abría y los espíritus de los difuntos hacían una procesión en los pueblos en los que vivían. En esa noche los espíritus visitaban las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto los espíritus no molestaban a sus familiares, si no era así los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas.
Halloween es un día peligroso porque se enfoca en la violencia y en lo oculto, y se enfatiza en el miedo. Un Creyente sin la información apropiada no tiene ni idea de que realmente existen espíritus demoníacos, los cuales son activados al ser llamados por la gente en broma o en serio.
Cada actividad alrededor de Halloween es un honor a falsos dioses, los cuales son espíritus en el reino satánico. Aquellos que han estado profundamente involucrados en hechicería y que ahora son libres, declaran que aún aquellos que dicen que adoran espíritus de la naturaleza están contactando al reino satánico sin siquiera saberlo.
Permitir a los niños a que participen en la celebración de Halloween pudiera parecer muy inocente y que no hará daño, pero las implicaciones espirituales no tienen nada que ver con el Cristianismo. En el mundo de hoy, la adivinación, el juego de ouija, la percepción extrasensorial, la telepatía, los horóscopos, el vudú, la clarividencia, el yoga, la hipnosis, la magia, la meditación trascendental, religiones del oriente, la reencarnación, la metafísica y muchas otras prácticas, están expresamente prohibidas en las Sagradas Escrituras.
Están relacionadas a lo oculto y a las fuerzas satánicas. Por lo tanto los Creyentes no deberían tener que ver absolutamente nada con ellas.
Mucha gente dice que los hace solamente por diversión o que solamente es una vez al año, pero ¿que tanto daño se puede hacer un corto período de tiempo? Por lo anterior podemos concluir lo siguiente:
1.- Lo que no le daña a usted puede afectar a otros. Los niños son los más débiles de nuestras sociedades. A través de la televisión, películas, en la escuela, y con sus compañeros de juego, muchos de estos niños son expuestos a influencias ocultas, los adultos pudiéramos estar abriendo puertas a estas influencias, si aprobamos dejar que los niños “se diviertan” en Halloween.
Si hemos entregado nuestras vidas a nuestro Mesías, nuestro destino final está en manos de nuestro Poderoso Señor. Los que hemos encontrado vida en Yeshúa, tenemos que tener cuidado de que la libertad en Él no nos mantenga alejados de permitirle a otros que encuentren la vida eterna.
2.- Algunas cosas permisibles pudieran evitar su crecimiento espiritual. La Biblia nos hace reflexionar a que: “también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios”. (Hebreos 12:1-2).
Esa noche del año los ojos de muchos no están en nuestro Mesías, sino en una oscura imagen. Los Creyentes no somos de la oscuridad, sino que somos de la luz. ¿Deberíamos estar enfocados en el diablo, brujas y otra clase de seres oscuros, aunque sea por una noche?
3.- Nuestro Creador nos dice que no imitemos al mal. Deuteronomio 18:9-12; 18:14; Levítico 19:31; Jeremías 10:2-3; Oseas 4:6a; 2 Crónicas 33:6; Mateo 5:13; Romanos 12:9; 1 Tesalonisenses 5:22; 3 Juan 11; 2 Corintios 2:15; Efesios 5:1, 8-11.
Esto es una síntesis de un breve estudio de seis páginas, si desea el documento completo puede encontrarlo en nuestro website; www.casadeadonai.com o para que le sea entregado por correo regular, puede solicitarlo escribiéndome a jaco@bethadonai.com.
*René Oswaldo Jaco, Líder del Ministerio Hispano de la Congregación Beth Adonai.