Nomofobia

Rev. Rafael Valter | M.A. Pastor Iglesia Bautista Ágape

Es un término contemporáneo que aún no figura entre las definiciones de la Real Academia Española de la Lengua, y una palabra compuesta cuya segunda mitad es un lexema que es fácilmente identificable, fobia, que significa miedo.  

Hay muchísimas clases de fobias, y todas presentan los mismos síntomas, ansiedad o pánico, necesidad de escapar, mareos, palpitaciones, temblores, y ataques de calor o de frío entre otros. 

Las fobias son irracionales pues suceden aun cuando no hay peligro inminente, y son excesivas al punto de volver a la víctima incapaz de tomar control de su conducta. Cada año se agregan nuevas fobias y se calcula que más de 41 millones de personas las sufren en los Estados Unidos. 

La nomofobia apareció en la lista de fobias en el año 2009, la primera parte de la palabra es la abreviación de dos palabras; No Móvil. Y es simple y sencillamente el miedo a quedarte sin teléfono celular.  

Es evidente que las personas nos hemos vuelto dependientes y hasta adictos a los teléfonos celulares, pero se conoce que la raíz de ésta fobia es la necesidad de permanecer en comunicación con otros. 

Dios nos creó como seres sociales y conoce nuestra extrema necesidad de comunicación, es por eso que nos proveyó de un medio para siempre estar comunicados con Él; la oración.  

La oración no requiere entrenamiento formal, no requiere de aparatos electrónicos que necesitan ser recargados, ni de aplicaciones que podrían volverse obsoletas, no tiene costo alguno y tiene valor eterno, solo hay una condición, debes tener una relación salvífica con el interlocutor. Juan 9:31 dice “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye”.  

La única oración de no creyentes que Dios escucha es la oración de arrepentimiento y petición de salvación. Romanos 10:9-10 “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.