Un amor infinito
Él levanta del polvo al pobre,
y del muladar exalta al menesteroso,
para hacerle sentarse con príncipes
y heredar un sitio de honor.
1° Samuel 2:8.
Para una naturaleza egoísta como la nuestra es difícil creer en un amor tan desinteresado como el de Dios. Él creó al hombre a su imagen y lo colocó en un paraíso, pero la criatura se apresuró a desobedecer y a rebelarse contra su Creador.
Entonces Dios, durante siglos, trató de tocar el corazón y la conciencia de los hombres. Al final envió a su amado Hijo unigénito a la tierra, en donde fue rechazado y odiado desde el día de su nacimiento. A pesar de los múltiples milagros que muestran la gracia y el amor de Jesucristo, el mundo se unió contra él para entregarlo a la muerte, como un malhechor.
¿Cómo respondió Dios a tanto odio? En virtud de la sangre de Cristo vertida en la cruz, perdonó a todos los que aceptan su gracia y ponen su confianza en Jesús. Hizo de ellos sus hijos y les dio una eternidad de felicidad en su compañía.
No podemos comprender tal amor, porque no tiene medidas humanas, sino una escala divina. Sin embargo se manifestó por nosotros, y repetimos con adoración: El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20). Necesitaremos toda la eternidad paracomprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y para conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento (Efesios 3:18-19).