Un buen barómetro
Un habitante de la costa de Florida había pedido por correo un barómetro. Pero cuando lo recibió, su decepción fue grande: la aguja señalaba obstinadamente la posición «tormenta». Sacudió enérgicamente el barómetro, golpeó ligeramente el vidrio, ¡pero nada cambió!
Enfurecido, escribió inmediatamente una carta de queja al proveedor, la envió por correo y se fue a un viaje de negocios. A su regreso encontró una sorpresa: no había barómetro, ni casa… ¡Un ciclón había pasado por allí! Lejos de fallar, el barómetro decía la verdad, y nuestro hombre tendría que haber tomado la advertencia muy en serio…
En lo concerniente al futuro del mundo, ¿sabe usted que Dios nos ha dejado un barómetro seguro, la Biblia? De origen divino, ella tiene una alta precisión, no se descontrola, y sus indicaciones son fiables.
El Apocalipsis, último libro de la Biblia, nos advierte sobre una terrible tormenta que amenaza a los habitantes del mundo. En efecto, los hombres han dejado de lado a Dios, viven sin preocuparse por su Creador y menosprecian al Salvador que él les ha dado.
Con una inmensa paciencia, Dios advierte a los hombres, a quienes ama. Pero esta paciencia terminará, y la terrible tormenta anunciada en este libro vendrá sobre “los que moran sobre la tierra” (Apocalipsis 3:10).
¿Descuidará usted las advertencias del barómetro divino? Tómelo muy en serio y, sin tardar, refúgiese junto a Jesús el Salvador. El que cree en Jesús está a salvo, libre del juicio.