Jamie García Caycho, la maestra del año de Gwinnett
Ella enseña en primer grado en la escuela Arcado, en Lilburn. Su salón de clases es su mundo en donde se sumerge con sus alumnos y donde todo lo demás no importa.
Su visión de la enseñanza es similar al proceso de la mariposa, donde es trascendental, la paciencia, que lleva lentamente al crecimiento y la transformación.
Su entrega y estrategias educativas para que sus estudiantes den lo mejor de sí, en un ambiente lúdico y de constante aprendizaje, la llevaron a ser elegida la maestra del año, entre cientos de educadores del sistema de escuelas públicas del condado de Gwinnett.
Lleva siete años, enseñando a niños pequeños. Prefiere enseñar a los menores que comienzan su escuela primaria, ya que están más abiertos a aprender, y le exigen todo lo que ella puede darles, al contrario de cursos más avanzados donde los niños son más independientes.
Estar enfrente de sus alumnos, establecer esa conexión con ellos y sus inquietudes, es lo que da sentido a su labor educativa.
¿Quién es Jamie García Caycho?
Nació en México e inmigró a los Estados Unidos con sus padres cuando tenía 7 años. Recuerda que estuvo muy nerviosa cuando comenzó su escuela, no sabía que estaba pasando o cómo debía comportarse, pero afortunadamente su maestra de segundo grado fue muy amable y acogedora y fue fundamental, para que se decidiera a ser una maestra.
Jamie García Caycho inició su carrera docente en 2014 en la Escuela Primaria Arcado como profesora de primer grado. Obtuvo una licenciatura en Educación Infantil de Georgia Gwinnett College, una maestría en Lectura Elemental y Alfabetización de la Universidad de Walden y un título de especialista en Liderazgo Docente de la Universidad Mercer.
Describe su clase como un lugar donde a los niños les encanta moverse mucho, por lo que integra actividades que ejerciten el cuerpo, que pongan en funcionamiento sus sentidos, especialmente el tacto y a través de discusiones dirigidas, aprender divirtiéndose.
Sus alumnos son muy diversos, la mitad de ellos hablan diferentes idiomas, por lo que se ha propuesto brindarles todas las oportunidades necesarias para que los mantengan y cultiven.
De hecho, el año pasado se ganó una beca de enseñanza para un proyecto a fin de comprar más de 600 libros bilingües.
Denominado Teach On Project, TOP, por sus siglas en inglés, esta iniciativa busca reconocer la labor de maestros y educadores, que se esfuerzan por transformar su oficio y aumentar la conciencia del público sobre su trabajo en la formación de los ciudadanos del mañana.
García considera que manejar los idiomas “es parte de la identidad y la cultura y es importante para aprender y relacionarse”. Mas aún, indica “es muy importante que los niños sean ellos mismos en el salón de clases, que lleguen con todo lo que son y que sean aceptados como tal”.
Estuvo indocumentada
Jamie, no niega que fue indocumentada por mucho tiempo y no sabía si para ella, sería posible llegar a ser maestra algún día. Pero tuvo muchos maestros maravillosos que la impulsaron seguir sus sueños y seguir luchando sin dejarse vencer por los obstáculos y encontrar la manera de alcanzarlos.
Ella considera que en cada estudiante hay detrás un maestro que cree en ellos, que los motiva, los representa, los comprende e impulsa a dar lo mejor de ellos. “Un maestro que los considera lo mejor y que les promete que pueden llegar a ser lo que quieran si se lo proponen”.
Por lo anterior, sobre su actividad diaria, indica que es un proceso de formación encaminada a lograr que ellos crean en sí mismos, haciendo lo que desean. En ese sentido pretende lograr un impacto de la misma manera como sus maestros lo hicieron con ella.
“Mi objetivo es ayudar a los estudiantes a hacer esas conexiones para que el aprendizaje se extienda más allá de las paredes del aula y permanezca con ellos para futuras aplicaciones y experiencias de aprendizaje”, dijo García al ser seleccionada como maestra del año en Gwinnett.
Por eso su labor ha ido más allá del salón de clases. Hace 5 años, dirigió los esfuerzos para crear un programa de divulgación para padres hispanos que implica aprendizaje profesional para maestros y apoyo a la construcción de la comunidad y la instrucción para las familias.
Este taller ha tenido un impacto positivo en la participación de los padres en la formación de sus hijos, pero también como miembros activos de una comunidad cada vez más multicultural.