Odisea en el desierto, una prueba de vida
Por: Rafael Navarro- ENG.
Lo que recuerda Irma Balbuena que el coyote le dijo cuando una de sus dos hijas comenzó a vomitar por efectos del sol, la deshidratación y el cansancio fue escalofriante: “Si quiere seguir déjela aquí y nos vamos”.
Irma ahora vive en Las Vegas luego de haber permanecido por algunos años en Atlanta y sus dos hijas terminaron creciendo en esta ciudad. Lo que la mujer hizo fue todo lo contrario, dejó a todos que se fueran y ella buscó ser capturada por la Patrulla Fronteriza, quienes le ofrecieron los primeros auxilios y salvaron la vida de las dos menores.
Lo que pasó después, es una de esas historias que resultan casi increíbles, pero puede decirse que tuvo un “final feliz”
La travesía por el desierto de Sonora ya no es una simple aventura, el número de vidas que cada año se cobran las temperaturas extremas, la violencia del narcotráfico y el abandono de los coyotes es alarmante, sumado a ello las nuevas tecnologías hacen la travesía un verdadero calvario.
Durante un pequeño recorrido del tramo entre la garita de Sasabe y el inicio de la barda de hierro que separa los dos países, pueden encontrarse pedazos de objetos que si pudieran hablar nos contarían estremecedoras historias; latas vacías de comida, botellas plásticas de agua; vestigios de textil o fique que sirvieron alguna vez como cubierta de calzado para no dejar huelas en la arena.
Harapos de lo que alguna vez fue quizá un vestido, una camisa, una chamarra, un bolso con el que alguien ya no pudo más, una huella de alguien que nunca será identificada, un pedazo de papel donde alguien intentó escribir su despedida antes de sucumbir.
Vida desértica, calor, un sol canicular que como alguien en el recorrido decía no quema “muerde”, feroces espinas que se desprenden del suelo para atravesar la parte más preciada del caminante: sus pies; ramas con espinos que no sueltan la piel hasta no haberla desgarrado, cuevas de todos los tamaños de insectos y animales que solo se dejan ver por la noche.
“El migrante muere por los pies”
Rolando Chacón, periodista del diario Reforma de México, dice que una de las principales causas de que la gente muera es por los pies y como conocedor de las historias de esta zona tiene su argumento.
“Porque el calor y la humedad les hacen crecer ampollas, y ya cansados y con los pies ampollados comienzan a sentir como si caminaran sobre brazas”, dice el reportero, mientras seguimos recorriendo el bello y peligroso desierto de Sonora.
“Entonces mucha gente por el recorrido, ya está muy cansada han dormido poco, y sienten mucha tentación de acostarse y ya no vuelven a levantarse”, narra el periodista quien ha tenido que reportar muchos de estos casos desde su trabajo en la zona fronteriza.
Dice Chacón que un día normal el sol es muy fuerte, llegando las temperaturas a 49ºC en las sombras. “Eso les produce somnolencia y ya, ya no se pueden levantar”.
Lo narra sencillo, lo explica sencillo y es sencillo de entender, pero no de asimilar. Todo en el desierto parece sencillo, pero no lo es. Por eso, la campaña Frontera Segura se implementó en junio del 2011 por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en Arizona y tiene dos propósitos.
“Uno es para informar a los migrantes potenciales que todavía están en México y América Central de los peligros y riesgos de cruzar la frontera ilegalmente y segundo, informar a los familiares y amigos que residen en los Estados Unidos de los peligros que corren sus familiares y amigos cuando los ayudan en cruzar de contrabando”, dijo Andy Adame, jefe de comunicaciones de la Patrulla Fronteriza en Tucson
“Esto para crear conciencia y advertir contra los peligros que los inmigrantes que entran ilegalmente a los Estados Unidos enfrentan a través de terrenos difíciles y condiciones ambientales muy peligrosas”, enfatizó Adame.
1. Crystal Amarillas, vocera de la Patrulla Fronteriza, muestra una de las áreas más usadas por los coyotes y contrabandistas, pero al mismo tiempo una de las más resguardadas por hombres y una tecnología de avanzada.
2. Estas condiciones secas y desérticas el cruce por Arizona lo hacen muy peligroso para el migrante, la vegetación escasa y todo lo que se mueva puede ser visto o detectado desde los centros de controles de la Patrulla Fronteriza.