América Gruner: Sirviendo a su comunidad, antes que ser servida

América Gruner en primer plano, la acompañan, los abogados David Betts, Zainab Khan y Christian Sotomayor, de la firma Betts Law Firm.
América Gruner en primer plano, la acompañan, los abogados David Betts, Zainab Khan y Christian Sotomayor, de la firma Betts Law Firm.

Por: Rafael Navarro- ENG.

América Gruner sabe lo que es trabajar con las uñas y con los vientos en su contra, por eso desde 2006 cuando se metió de lleno a ser la vocera de los hispanos en Dalton, sabía que no iba a ser fácil, porque como ella misma lo reconoce, muchos de los “líderes” de ese tiempo, estaban más por ser servidos que por servir.

“Conocí a muchas personas que actuaban como lideres pero lo que querían era su propio beneficio, mantener su imagen o reconocimiento o mantener el poder…”, dijo Gruner a El Nuevo Georgia el día que inauguraba el primer centro de asistencia para hispanos de la Coalición de Líderes Latinos de Georgia—CLILA-, en Rome, una ciudad a hora y media al norte de Atlanta.

Sin fondos y sin empleados dice que ha podido lograr muchas cosas, porque ha contado con el apoyo de las bases de su comunidad desde hace 7 años, en Dalton, donde aun no hay representantes latinos en ninguno de los cargos administrativos o de elección de importancia de la ciudad.
Ahora con la apertura del centro en Rome, nace un nuevo reto. “Esta es una comunidad que tiene aun miedo y se siente aislada, porque no les llega información ni de Atlanta ni de Dalton”, afirma.

La América luchadora

Es evidente que es más de acciones que de grandes discursos como otros representantes comunitarios, pero en su región es respetada y apreciada por el trabajo en defensa de los derechos de los inmigrantes que lleva a cabo, y que incluso la ha enfrentado con las autoridades policiales y civiles de su ciudad, a quienes se les ha parado firme.

Resumiendo su carácter, vale repetir lo que ella misma afirma: “América es tímida en los asuntos personales, pero se transforma cuando se trata de su comunidad”

Es originaria de la Ciudad de México, tiene una Licenciatura en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en 1987 se mudó a Los Ángeles California, donde trabajó como periodista en varias publicaciones.

Después trabajó como consejera de salud mental para mujeres con adicciones. Comenzó su labor comunitaria abogando por mujeres y niños inmigrantes y sus derechos desde el año 1992.

Debido a una iniciativa anti-inmigrante en California (Proposition 187) en 1996 tuvo que volver a México después de haber vivido indocumentada por 9 años, por temor a ser separada de su hija.

En el 2002 regresó a Estados Unidos, a la ciudad de Dalton en Georgia, ya como residente legal, y ha luchado con la comunidad para abrir puertas y por el respeto a los derechos de los latinos, ha sido miembro de muchas mesas directivas en diversas agencias donde no había presencia latina. Y pertenece a varias mesas directivas de coaliciones y alianzas a nivel local, regional y estatal.

Además, laboralmente ha desempeñado diversos puestos como: corrector de estilo para la UNAM en el Departamento de Divulgación Universitaria; trabajadora para salud mental de familias inmigrantes, Directora de Promotoras de Salud.

América, dice que su pasión es el trabajo comunitario y debido a esa razón renunció a ser promotora para ir a trabajar como Coordinadora de Desarrollo Organizacional en el Sur, con el Consejo Nacional de La Raza en Atlanta; después fue Directora del Programa de Consejería de Vivienda en el Condado de Whitfield.
Es además, traductora ejecutiva, correctora de estilo, periodista para varias publicaciones en Georgia y Tennessee desde hace 11 años, intérprete médico calificado y es la traductora de documentos oficiales para el hospital Hamilton Medical Center.

“Pero mi satisfacción no está en eso, sino en Dios y en trabajar con la comunidad”, afirma Gruner.
América tomó la decisión de fundar CLILA debido a la ola anti-inmigrante que se desencadenó en el 2006 a nivel nacional, pero también muy acendrada a nivel local, donde se llevó a cabo una de las 13 ‘audiencias’ organizadas por la Cámara de Representantes a nivel federal, que tenían el propósito de ‘demostrar que la comunidad no quería una reforma inmigratoria

Dice que, ante la retórica de racismo y odio durante esa audiencia y esa etapa, ningún líder local quiso abogar por la comunidad, por lo que ella decidió tomar esa iniciativa y trabajar con la gente de abajo.
“A los que no les escuchan su voz, para que supieran que son líderes que pueden servir a la comunidad y representarse a sí mismos”, afirma.

Afirma que su sueño es fortalecer la organización que fundó, de manera que se convierta en una institución estable, y sostenible para que siga respondiendo a las necesidades de la gente.

“La importancia de un calzón”

América no se queda quieta, su trabajo no se circunscribe a Dalton ya que poco a poco se ha extendido al Noroeste de Georgia hasta Chatsworth, Eton, Tunnel Hill, Rocky Face, y en algunas áreas del sur de Tennessee.

Desde el mes de marzo, en la ciudad de Rome, varios voluntarios de CLILA comenzaron a visitar casa por casa, tienda por tienda para hablar con la gente y sostuvieron con ellos 4 reuniones comunitarias, de las que surgió la necesidad de apertura del nuevo centro, con el apoyo del abogado David Betts, de Betts Law Firm, quien dona el espacio de la mitad de su oficina.

Pero no es todo. Desde el año 2008 América comenzó a inquietarse por las noticias que llegaban desde las cárceles femeninas de inmigración en el sentido de que a las reclusas no se les proveía de ropa interior nueva, sino usada y para las detenidas esta era una situación humillante.

“Ellas nos han contando que no les daban ropa interior y se sienten muy humilladas por eso, y luego cuando tenían su período no se podían cambiar…es un acto muy denigrante”

Dice que eso le causó mucho impacto y quiso hacer algo. “buscamos la forma de hacerles llegar un mensaje de solidaridad con esta prenda que muchas voluntarias fabrican o donan y se las enviamos a las cárceles”, dice.

Recuerda que en una reunión con reclusas lo que más le conmovió fue escuchar de ellas mismas “No saben lo importante que es para nosotros un calzón”, decían las mujeres.

En todo este tiempo han entregado unas 2,500 prendas, pero para América, esto no es sino un punto minúsculo en medio de un problema de proporciones descomunales.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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