Camilo Caballero: Construye puertas hacia el éxito
Por: Carlos Moreno- ENG.
En 2001 gracias al “Plan Colombia”, un acuerdo bilateral del país suramericano con Estados Unidos, para combatir el conflicto armando producto de la guerrilla y el narcotráfico, el entonces pequeño Camilo Caballero junto a su hermano y su madre, lograron encontrar un boleto para salir de su país donde el sufrimiento los golpeó varia veces.
“A mi papá por ejemplo lo mató la guerrilla, lo iban a secuestrar y lo mataron… Era un hombre bueno, trabajador, y yo crecí con mucho miedo, no quería eso para mis hijos” cuenta Gabriela Cuéllar madre de Camilo.
Camilo por su parte dice que recuerda que a ellos, como producto de la violencia en el país, les tocó mudarse al menos 11 veces, por lo que cambiar de escuela se había convertido en algo habitual, sin embargo cuando llegó a Estados Unidos su primer reto fue el inglés.
“Cuando al fin tuve la oportunidad de venirme a Estados Unidos, llegué sin saber ni una gota de inglés, al aprender inglés, sentí que el mundo estaba en mis manos, y me quise meter en todas las oportunidades que existían en la escuela secundaria” apuntó Caballero, quien además se dedicó a jugar fútbol.
Pese a sentir que ya el mundo estaba en sus manos al aprender inglés, un nuevo reto le quitaba el sueño… cómo ingresar a la universidad sin tener los medios económicos.
Luego de aplicar sin éxitos en varias casas de estudio, un pequeño college le dio la gran oportunidad que buscaba, otorgándole una beca como deportista.
“Gordon College State, es pequeño y casi nadie sabe que existe, pero me dio la oportunidad de entrar a la universidad, y fue muy significativo para mi” asegura el joven mientras cuenta cómo aprovechó esta oportunidad.
“Le metí con toda la fuerza al estudio, al fútbol y en participar en cosas que pudiera ayudar a la comunidad latina a través de organizaciones sin fines de lucro como GALEO, lo que me permitió salir de la universidad con muchas oportunidades”.
Ya con otras perspectivas, pudo entrar dos años después a Georgia Tech, donde continuó sus estudios cursado la carrera en relaciones internacionales, en este periodo también tuvo la oportunidad de trabajar para la Junta de Regentes, que se encarga de distribuir el dinero que viene del gobierno estatal, a las 35 universidades de Georgia.
“En ese tiempo estaban tratando de pasar una ley que afectaría a los Dreamers directamente, entonces allí aprendí que muchos de ellos, con mayor o igual capacidad que yo, y que tenían la capacidad para entrar a esas universidades, no lo podrían hacer…”
Ahí descubrió que era tiempo de salirse del gobierno estatal por un tiempo, para ayudar a las organizaciones sin fines de lucro a impulsar la creación de oportunidades de estudio para jóvenes latinos.
Su inspiración
La inspiración de este joven para luchar de manera incansable por sus metas universitarias se remonta a su primer trabajo.
“Trabajaba durante 5 horas lavando autos, para ganarme 30 dólares, mientras mi hermano trabajaba en un Taco Bell, allí me di cuenta lo duro que son este tipo de labores; y mi hermano y yo aprendimos que eso no era lo que queríamos hacer toda la vida”
Por ser testigo de lo duro que pasan muchas familias, cuando entró a la universidad sabía que no quería volver a los trabajos pesados y mal pagados.
“Ahí comenzamos a invertir nuestro tiempo en los libros y estudiando las oportunidades que hay. Cuando haces eso, el mundo es tuyo, si estudias y tomas el paso de entrar a la universidad” agregó.
Difícil pero no imposible
Gabriela Cuéllar, quien trabaja como camarera en un hotel, resalta lo difícil que es para las madres latinas sacar adelante a sus hijos en este país, donde las jornadas de trabajo son extensas, y no se puede parar para llevar el pan de cada día a la casa.
“Es difícil, siempre lo he pensado”, dice, mientras recuerda que su pensamiento era si sus hijos podrían terminar sus estudios superiores.
“Pensaba si Camilo iba a estudiar o no, pero todos los días me despertaba diciéndole que tenía que estudiar, inculcándole buenos valores, diciéndole que tenía que escoger buenas amistades, que le aportarán cosas buenas, y que el estudio era lo que lo iban a sacar adelante”.
Hoy a sus 23 años, el exitoso relacionista internacional, que durante su infancia decía que iba a trabajar haciendo puertas de madera para ganar 100 dólares, es solicitado por cuatro de las mejores universidades de Estados Unidos, en materia diplomática, Georgetown, John Hopkins, Columbia y Tufts, abriéndole las puertas que definitivamente le permitirá transitar los caminos a un mejor futuro.
Por el momento su talento ya ha sido reconocido, cuando la aspirante al senado federal Michelle Nunn, le dio como responsabilidad ser su mano derecha para su campaña frente a la comunidad latina, y por primera vez en la historia estatal, una campaña de tal magnitud desarrolló materiales en español y estuvo cerca de los hispanos.
“Voy a entrar a la universidad de Tufts en Boston, y voy a seguir trabajando duro como lo hice aquí, luego me espera un trabajo con el Departamento de Estado, para ser un diplomático de los Estados Unidos a nivel internacional, con mi cultura latina y mi pensamiento latinoamericano, quiero ofrecer algo diferente”.
Camilo que partirá este mes a Washington, espera poder volver en el futuro a Georgia, cuando ya tenga una mayor experiencia como diplomático, para impulsar cambios positivos en pro de la comunidad hispana.