“La bestia” le devoró una pierna, pero no sus sueños de jugar fútbol
Por: Rafael Navarro- ENG.
Mientras estaba en Yoro, su tierra natal, Pedro siempre soñó con una vida mejor no solo para él sino para toda su familia, jugaba fútbol, al que dice amar con pasión. Sabía que en Honduras las cosas no andaban bien, que le tocaría luchar más del doble para obtener lo que quería pero aun así, terminó su secundaria y comenzó la carrera de agronomía que era lo que le gustaba.
En el año 2008 la fatalidad tocó la puerta de su casa y una de sus hermanas resultó asesinada por una banda delincuencial, aun así el joven sabía que podía salir adelante. En el 2011 la sombra de la muerte volvió a arrebatarle a uno de sus hermanos y fue cuando comenzó a ver que el futuro se les esfumaba entre los dedos.
“Dejé de estudiar porque ya no tenía recursos”, dijo, pero al mismo tiempo aclaró que la delincuencia en su región seguía en aumento, que su vida corría peligro también y que no habría forma de salir del espiral de pobreza y miseria si a eso se le añadía la violencia indiscriminada que les tocaba vivir.
En el 2012, Pedro dejó lo que más amaba, su madre, sus hermanos sobrevivientes, su casa, su tierra, sus amigos y se trajo consigo sus sueños a cuestas y un escaso equipaje para emprender el viaje del que sabía, no era fácil en la mayoría de las veces y del que había oído decir, muchos ni siquiera regresan.
Huyéndole a los Zetas
Pedro había oído hablar de la banda de los Zetas, conocía historias terribles de su accionar y lo que podían hacer con inmigrantes como él cuando pasan por suelo mexicano, a él nadie podía echarle cuentos sobre la violencia porque la había vivido en carne propia y de ella venía huyendo, cuando un hombre se le acercó a ofrecerle, vivienda, trabajo y mucho dinero.
“Me habían dicho que así era como ellos reclutaban a los inmigrantes y me dio miedo”, dijo el joven. “Por eso lo primero que pensé fue huir de ahí lo más rápido que pudiera y en el primer tren que pasara”
Esa fue su salvación, pero no fue la mejor idea. Aguilar dice que como prácticamente iba huyendo, no tuvo la precaución y al momento de subirse al tren su pierna quedó atrapada a la altura de la rodilla, mientras la máquina en movimiento a quienes todos conocen como la bestia le devoraba sus huesos y su carne.
“Eso fue un 17 de mayo” recuerda Aguilar. Hace escasamente un año y ello le valió para no poder cruzar hacia Estados Unidos cuando era lo que más ansiaba, hasta ahí habían llegado sus esperanzas, creía él en esos momentos y solo pensaba en su familia a la que le había prometido ayudar.
“Nosotros somos tu voz”
Pedro dice que este año ha sido muy difícil, ha tenido que aprender a moverse sin su pierna; lo que antes le era normal ahora le toma un poco más de tiempo, los cuidados y atenciones de la Cruz Roja Internacional en México le ayudaron a superar el impase y ahora vuelve a soñar otra vez con jugar al fútbol, y está seguro que lo volverá a hacer.
“Hago parte de una organización que se llama “Nosotros Somos tu Voz” que está en Puebla, México, ahí tenemos el proyecto de una panadería, ahora estoy aprendiendo a hacer pan”, dice el joven.
Pero aun hay algo que le gustaría hacer. En su paso por Estados Unidos en la caravana Abriendo las Puertas a la Esperanza que preside el sacerdote Alejandro Solalinde y que busca crear conciencia a cerca del cruce de los inmigrantes hacia Estados Unidos, Aguilar aprovechó para pedir ayuda.
“Yo quiero que la gente me ayude a conseguir una prótesis que no me cause tanto daño como ésta, que no me moleste y que yo pueda caminar sin dolor”, dijo el joven.
Prometió a quienes le ayuden volver a jugar para ellos. “Esta prótesis me dijo la ortopedista era de la segunda guerra mundial, ya es vieja, por eso me causa molestia”, anotó.
“Yo amo el fútbol y sé que voy a voy a volver a jugar fútbol…sé que lo voy a poder hacer, voy a poder caminar por ellos, por todos los que me ayuden”, insistió.
INFORMACION PARA AYUDA
Si usted cree que puede ayudar a este joven para tener una nueva prótesis, puede escribirle a su correo electrónico:paguilar1990@hotmail.com y concertar a través de “Nosotros Somos tu Voz”, la ayuda que pueda darle, o puede llamarle al: (962) 130-9552, en Puebla México.