Sueños que se cumplen
Por: Rafael Navarro- ENG.
Valeria Luna, acaba de cumplir sus 18 años y con la misma emoción acaba de recibir su grado en la escuela superior Lakeside en el condado de DeKalb. Quizá no lo sabía, pero hace parte del 69.7% de los jóvenes que en el estado de Georgia terminan sus estudios secundarios, 2.3% más que en el mismo período escolar del 2012, según el Departamento de Educación estatal.
Del resto, del 30.3% que dejan los estudios antes de graduarse, se sabe poco, lo que sí es preocupante es que un buen porcentaje de ellos son de origen latino.
“La verdad yo cuando estaba en el grado diez, pensaba ¿para qué sigo estudiando?”, recordó Valeria que se había preguntado muchas veces, sobre todo por su situación migratoria, ya que fue traída a Estados Unidos desde México a los 9 años. La mitad de su vida a ha vivido aquí.
Pero el empuje, como ella dice que le dio su madre, Paulina, una comerciante independiente, le valió para no claudicar, ya que había venido desmotivada por todo lo que ella sentía eran ataques en contra de personas como ella por parte de los antiinmigrantes.
Al inicio, Valeria dice que lo más difícil fue aprender el idioma y adaptarse a un nuevo estilo de vida. “Me tuvieron que llevar a un psicólogo” recuerda. Y era porque ella no quería hablar aunque entendía el inglés, entonces buscaba entre sus compañeros a quienes pudieran hablar por ella y decir las cosas que estaba sintiendo.
Orgullosa ahora, advierte que el inglés es un idioma que puede hablar y escribir perfectamente, quizá mejor que el español. “Sé que eso me será de gran beneficio para el futuro”, dice la joven, orgullo de sus abuelos en México que han visto como la mayor de sus nietos se alcanza a graduar de la escuela secundaria en Estados Unidos.
Los estudiantes latinos
El Pew Research Center en un reciente informe advierte que el número de jóvenes latinos que se están matriculando para asistir a los colegios universitarios ha aumentado a 7 de cada 10 graduados de la escuela secundaria, es decir un 69%, entre estas estadísticas podremos contar a la Valeria, quien dice que está dispuesta a seguir una carrera profesional.
Dice el mismo informe que el número de latinos que abandonan la escuela secundaria antes de graduarse pasó del 28% en el 2000 al 14% en el 2012, es decir que tuvo una baja del 50%, lo que termina siendo alentador para la comunidad.
“En el 2012 se constató que por cada 5 estudiantes graduados, la cifra de aquellos sin terminar su educación continuaba siendo 1. Estos cambios coinciden con el deterioro económico, y en parte se debe a la dificultad de encontrar trabajo”, dice el informe.
El desempleo entre los jóvenes latinos a partir del 2007 ha alcanzado un 7%, lo que ha obligado a muchos jóvenes a pensar que lo más recomendable es continuar educándose. Otra de las razones importantes del aumento de matriculas de los jóvenes latinos en los colegios universitarios se debe a la importancia que los padres de familia le atribuyen a la educación superior.
“Es de indicar que un 88% de los jóvenes latinos de más de 16 años de edad coinciden en señalar que un diploma universitario es muy necesario para lograr una vida mejor en el mundo actual”
“Quiero ser una reconocida chef o una abogada”
Para Valeria y su familia, el haber obtenido el beneficio de la Acción Diferida ha cambiado las perspectiva de la vida, en el sentido de que, se han quitado algunas presiones de encima, como el no poder manejar, el temor a un arresto por conducir sin licencia y el terror a la separación familiar, pero ante todo, esa sensación de no poder seguir más allá de la secundaria.
“Yo ahora me siento mejor”, dice la joven. “Ahora sé que puedo trabajar, sin el temor a que me pidan una identificación y un número de Social y no tenga”. Eso también cambia de alguna manera la rutina familiar porque ya están pensando en comprar un vehículo para que seas la joven la que transporte a sus dos padres y su hermanita menor.
“Quiero estudiar Gastronomía o para abogada, pero ahora veo con más optimismo el futuro” advierte.
En efecto, un reciente informe del Departamento de Educación de Georgia, señala entre otras cosas, que en la clase de 2013, el 84% de los estudiantes que se graduaron, estaban planeando continuar su educación asistiendo a la universidad o escuelas de educación superior, la mayoría de éstos, es decir, un 86%, dijeron que querían permanecer en su estado de origen y asistir a cualquier universidad de Georgia.
Para todos ellos, a partir de abril de 2013, se habían destinado más de $ 137 millones en becas académicas, atléticas y militares. Eso es $ 36 millones más que el año pasado.
“Yo sé que tengo que trabajar y estudiar, ahora le ayudo a mi mamá, pero estoy buscando mejores oportunidades, porque el compromiso es doble, ayudar a mi familia y salir adelante con mis estudios, pero lo puedo hacer”, dice la joven estudiante.
Todos contentos con los resultados
Este año, las cifras de alumnos graduados comenzó a despegar después de varios bajones en el pasado y en los condados con mayor influencia de la comunidad latina, las cifras no fueron la excepción.
En Gwinnett, por ejemplo, se graduaron 10,556 alumnos en 21 ceremonias de graduación, siendo la del 2013 la clase más grande en llegar a este objetivo en toda la historia del Distrito Escolar del condado, dijo que “La tasa de graduación de 2012 en Cobb es muy alta en comparación con otros distritos escolares de metro Atlanta”. Para el funcionario es una prueba de fuego ya que su nombramiento había despertado rechazo en algunos sectores de su comunidad por su origen hispano.
En efecto, el índice de graduados en el distrito subió 2,6 por ciento – de 73.4 por ciento 76 por ciento, es decir, 6,3 por ciento mayor que la tasa estatal fue de 69.7. Caso similar ocurrió en Fulton y DeKalb.
“Yo me alegro ahora en no haber dejado la escuela cuando lo quise hacer y valoro lo que mi mamá hizo por mí”, dice Valeria Luna, antes de terminar nuestra entrevista.
“Le digo a los demás jóvenes que sigan adelante, que sí, hay muchos obstáculos, pero con la ayuda de Dios y de nuestros padres los podemos superar”.
Dice que su meta es mejorar el estilo y calidad de vida, tanto suyo como el de su familia, pero al mismo tiempo recapacita.
“Ese estilo y calidad de vida que queremos, sin educación, no lo podemos lograr”.