Callejón sin salida para los solicitantes de asilo
El gobierno de EE.UU. es el único entre los países desarrollados en denegarles a los solicitantes de asilo tanto autorización de empleo como ayuda gubernamental, dijeron Human Rights Watch y el Centro para la Justicia Social de la Facultad de Derecho de la Universidad Seton Hall en un informe publicado la semana pasada.
El informe de 56 páginas, “At Least Let Them Work: The Denial of Work Authorization and Assistance for Asylum Seekers in the United States” (“Al menos déjenlos trabajar: La denegación de permisos de trabajo y asistencia a los solicitantes de asilo en Estados Unidos”) documenta las dificultades que afrontan los solicitantes de asilo como consecuencia de la denegación de permisos para trabajar.
La Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés) debería ser enmendada para eliminar la prohibición al empleo para los solicitantes de asilo, muchos de los cuales sufrieron abusos atroces en sus países de origen, y considerar sus solicitudes como procesos no frívolos, dijeron los grupos.
“El gobierno de EE.UU. hace que muchos solicitantes de asilo no tengan otra alternativa que mendigar o trabajar ilegalmente para sobrevivir”, dijo Bill Frelick, director del programa de refugiados de Human Rights Watch. “Las restricciones al trabajo y a la asistencia impuestas a los solicitantes de asilo, al parecer con el objetivo de desalentar las solicitudes frívolas, dañan y degradan precisamente a las personas que más necesitan apoyo y protección”.
La ley de inmigración de EE.UU. prohíbe a los solicitantes de asilo trabajar legalmente durante 150 días después de presentar sus solicitudes, más 30 días adicionales para procesar la aplicación, a menos que se les conceda el asilo antes de que se acabe ese plazo. El reloj que cuenta los días se detiene cada vez que el gobierno determina que el solicitante ha retrasado el proceso. Sin embargo, en la práctica no está claro exactamente lo que detiene y reinicia el reloj.
El problema ha afectado a casi todos los solicitantes de asilo. En 2011, el reloj se detuvo en algún momento para 262.025 personas –el 92 por ciento de todos los casos pendientes—, de acuerdo con la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración. Una vez que el reloj se detiene, también lo hace la posibilidad de solicitar la autorización de empleo, lo que deja a muchos solicitantes de asilo sin medios para mantenerse durante muchos meses o incluso años.
Los solicitantes de asilo tampoco califican para recibir casi ningún tipo de prestaciones del gobierno mientras esperan una decisión sobre sus casos. Estados Unidos es el único país desarrollado en denegar el empleo y la asistencia gubernamental.
Khaled M., un solicitante de asilo de Egipto, dijo que no pudo trabajar ni recibir asistencia pública para su familia durante casi cinco años. Pasaron muchos apuros para conseguir comida y alojamiento.
Hubo noches en que la familia tuvo que dormir en una estación de autobuses o el aeropuerto. Durante una de las semanas más calurosas de un verano, Khaled, su esposa y dos hijos pequeños fueron desahuciados y se encontraron en la calle sin comida ni refugio.
Josiane F., una sobreviviente de violación de 27 años de Ruanda, dijo que la imposibilidad de trabajar año tras año “te mata emocionalmente”. Según su experiencia, “simplemente sentarse ahí sola, un año, dos años, tres años, cinco, sin hacer nada, allí sentada, te mata. Estaba tan deprimida”.
Josiane también se dio cuenta de que tratar de navegar las leyes y procedimientos de asilo y permiso de trabajo sin asistencia jurídica es extremadamente difícil. Ella presentó su solicitud de asilo sin la ayuda de un asesor legal en mayo de 2008. Asegura que la aplicación de asilo que presentó por sí misma contenía muchos errores. “Tal vez si hubiera tenido un abogado entonces, lo habría dicho de otra manera”, recuerda Josiane. Durante los cuatro años siguientes, mientras su solicitud de asilo estaba pendiente, Josiane no tuvo permiso de trabajo.
“No es razonable esperar que los solicitantes de asilo puedan gestionar el complicado proceso, dada la realidad de que no tienen derecho a un abogado designado por un tribunal de Estados Unidos”, dijo Lori A. Nessel, profesor de Derecho y director del Centro para la Justicia Social de la Facultad de Derecho de la Universidad Seton Hall. “Exigir a los solicitantes de asilo que esperen a recibir la autorización de trabajo supone una carga injusta para ellos y sus familias”.
Human Rights Watch y el Centro para la Justicia Social compararon el tratamiento que reciben los solicitantes de asilo en relación con el permiso de trabajo y las prestaciones con el tratamiento de otros grupos de inmigrantes vulnerables en Estados Unidos. Los inmigrantes que buscan otro tipo de ayuda humanitaria, como el estatus de protección temporal, pueden solicitar simultáneamente la autorización de trabajo.
“La prohibición de permiso de trabajo y prestaciones sociales para los solicitantes de asilo en virtud de la ley de EE.UU. es incompatible con las normas internacionales de derechos humanos y no es consistente con el tratamiento de otros grupos vulnerables”, señaló Nessel.
El 27 de julio de 2013, el Senado de EE.UU. aprobó el Proyecto de Ley para la Seguridad Fronteriza, Oportunidades Económicas y Modernización Migratoria (proyecto de ley S.744), que eliminaría el procedimiento de detención del “reloj” de asilo durante el período de aplicación. El Congreso aún no ha examinado dicha enmienda.
“El proyecto de ley del Senado mejora la ley actual, al eliminar el reloj de asilo, pero mantendría la prohibición a trabajar en los 180 días después de presentar la solicitud de asilo”, dijo Frelick. “Dentro del marco de una reforma integral de la ley de inmigración, el Congreso debería permitir que los solicitantes de asilo pidan autorización para trabajar al mismo tiempo que presentan sus solicitudes de asilo, a menos que sus aplicaciones sean consideradas frívolas”.