Condiciones difíciles a medida que aumenta la crisis transfronteriza

Menores rescatados en el centro de detención de la Patrulla Fronteriza en Tucson, Arizona (Foto archivo El Nuevo Georgia)
Menores rescatados en el centro de detención de la Patrulla Fronteriza en Tucson, Arizona (Foto archivo El Nuevo Georgia)

Miles de niños se encuentran en un limbo en las zonas fronterizas de los Estados Unidos después de un largo y peligroso viaje para llegar al país, y deben enfrentar un futuro incierto y condiciones precarias en instalaciones ubicadas en Texas, Arizona, California y Oklahoma.

Save the Children habló con varias madres que, en los últimos días, han cruzado la frontera. Aseguran haber contraído grandes deudas con los contrabandistas después de un extenuante viaje de semanas de duración desde países de Centroamérica. Incluso algunas madres mencionaron que no recibieron información adecuada sobre las leyes de inmigración antes de abandonar sus hogares.

Los niños en los centros de tránsito han estado durmiendo en espacios reducidos. Los padres aseguran que están deshidratados y que algunos están enfermos. Se han informado casos de sarna y pediculosis entre los niños debido al hacinamiento en estas instalaciones. El hostigamiento es una preocupación adicional, debido a que los niños en ocasiones están separados de los tutores y, por lo tanto, son más vulnerables.

“Estamos muy preocupadas por las noticias que hemos estado recibiendo en los últimos días de las madres que han tomado la decisión desesperada de recorrer miles de millas, a pesar de los riesgos”, indicó Carolyn Miles, presidenta y directora ejecutiva de Save the Children.

“Estos niños son susceptibles a daños adicionales, y estamos trabajando con rapidez para identificar sus necesidades y proporcionarles un espacio seguro donde reciban la atención y el apoyo adecuados para su edad”.

Además de las familias que han emigrado, miles de menores de edad están colmando las instituciones de control transfronterizo, que no están adecuadamente preparadas para satisfacer las necesidades básicas de un número tan elevado de niños solos. Se prevé que estos números aumentarán en las próximas semanas y meses: según los cálculos del gobierno, más de 47,000 niños solos han cruzado la frontera, y se espera que más de 90,000 lo hagan este año.

Save the Children inauguró un espacio apropiado para niños en McAllen, Texas para brindar programas de atención y apoyo psicosocial que se prevé ayudarán a 150 madres y niños todos los días.

La ley de EE.UU. permite a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) detener a niños por un máximo de 72 horas. Antes de la reciente oleada, los niños eran retenidos durante sólo 12 horas como máximo, pero los últimos informes indican que la CBP está reteniendo a niños durante periodos cercanos a los 10 días o dos semanas.

A continuación, los menores son transferidos a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés) en el Departamento de Salud y Servicios Humanos, donde nuevamente pueden ser detenidos.

Las normas internacionales de derechos humanos prevén la detención únicamente como un último recurso y por periodos de tiempo muy cortos. Naciones Unidas estableció en 2013 que los menores nunca deberían ser detenidos por razones de inmigración, y que la detención migratoria nunca puede ser considerada como algo que se hace en “el mejor interés” del niño.

Las políticas actuales de EE.UU. que se aplican a quienes cruzan la frontera tampoco cumplen las normas internacionales que requieren una cuidadosa revisión de los casos de los menores en favor de sus mejores intereses, porque podrían ser víctimas de tráfico humano, o afrontar represalias de traficantes o violadores de derechos a su regreso.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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