Laken Riley: La tragedia que han usado los políticos para estigmatizar a los inmigrantes en Estados Unidos
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Un día como hoy, 22 de febrero de 2024, el Departamento de Policía de la Universidad de Georgia en Athens—UGA, recibió una llamada de una joven preocupada porque su amiga Laken Riley, de 22 años, había salido a correr por los campos universitarios, pero no había regresado.
Más tarde, durante el juicio, se reveló que la madre de Riley le había enviado mensajes de texto y la había llamado varias veces a primera hora de la mañana. La última vez que la madre de Riley tuvo noticias de la estudiante de enfermería de 22 años fue a las 8:55 a. m., cuando comenzó a correr.
Al responder la llamada, los oficiales se dirigieron hacia allí y llegaron alrededor de las 12:38 p. m. para buscar a Riley. No mucho tiempo después, la encontraron muerta detrás del lago Herrick en la zona boscosa del campus.
Veinticuatro horas después de encontrar su cuerpo, los oficiales iniciaron una investigación en Cielo at Azulyk and Argo Apartment Community. Mientras los oficiales registraban el apartamento y las áreas cercanas en busca de pruebas, ya tenían a una persona de interés bajo custodia.
Más tarde ese día, el jefe de policía de UGA, Jeff Clark, identificó al sospechoso del caso, José Antonio Ibarra, de 26 años, acusándolo de homicidio doloso, homicidio grave, agresión agravada, asalto agravado, encarcelamiento falso, secuestro y ocultación de la muerte de otra persona y obstaculización de una llamada al 911.
Días después, el 25 de febrero de 2024, un portavoz de ICE declaró que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos había arrestado previamente a Ibarra en septiembre de 2022 después de ingresar ilegalmente a los EE. UU. cerca de El Paso, Texas.
Al día siguiente, el 26 de febrero de 2024, se supo que las órdenes de arresto contra el sospechoso establecían que causó un gran daño corporal con un objeto en el cráneo de Riley y ocultó su muerte arrastrando su cuerpo a un área apartada.
El 7 de marzo de 2024, el presidente Biden mencionó a Laken Riley en su discurso sobre el estado de la Unión.
El 31 de mayo de 2024, Ibarra se declaró inocente durante su lectura de cargos, lo que llevó el caso a juicio.
Entre agosto y el inicio del juicio, un juez del condado de Athens-Clarke se pronunció sobre varios argumentos entre los fiscales y la defensa sobre qué pruebas incluir en el juicio.
Tres días antes de su juicio, Ibarra presentó una renuncia a su derecho a un juicio con jurado, lo que significó que habría un juicio en el tribunal para Ibarra que sería decidido por un juez del condado de Athens-Clarke.
El juicio de Ibarra comenzó el viernes 15 de noviembre de 2024. Los abogados de ambas partes argumentaron extensamente, y el fiscal dijo que Ibarra era un hombre venezolano que “salió a cazar mujeres en el campus de la Universidad de Georgia” en relación con la muerte de Riley.
El 22 de noviembre el acusado, fue declarado culpable de todos los cargos, incluidos homicidio doloso, homicidio grave, secuestro, agresión agravada con intención de violación, agresión agravada, obstaculizar una llamada al 911, manipulación de pruebas y mirón.
Luego fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el brutal asesinato que tuvo lugar ese mismo día. Actualmente está cumpliendo su condena de prisión.
Consecuencias políticas
El asesinato de Laken Riley reavivó el debate sobre la inmigración ilegal en Estados Unidos.
El presidente Donald Trump utilizó el caso para enfatizar la necesidad de políticas migratorias más estrictas, argumentando que la inmigración ilegal representa una amenaza para la seguridad pública.
En Georgia, se introdujo la “Ley Laken Riley”, que aprueba la detención federal de inmigrantes ilegales arrestados por delitos como robo o hurto. Esta ley fue aprobada por el Congreso estatal en 2024, después de un intenso debate.
La legislación recibió apoyo principalmente de políticos republicanos, que la consideraron un paso necesario para reforzar la seguridad pública y sancionar a los inmigrantes indocumentados involucrados en delitos.
La estigmatización de los inmigrantes
Tres puntos claves explican por qué los analistas creen que el caso de Laken Riley ha sido utilizado por los políticos para estigmatizar a los inmigrantes:
Enfoque en el estatus migratorio del agresor: Muchos políticos, especialmente dentro del Partido Republicano, destacaron que el agresor de Laken Riley, José Antonio Ibarra, era un inmigrante indocumentado. Este enfoque en su estatus migratorio sirvió para reforzar el mensaje de que los inmigrantes ilegales representan una amenaza para la seguridad pública, a pesar de que el crimen en sí mismo fue un acto de violencia individual, no representativo de toda la comunidad inmigrante.
Uso del caso para impulsar políticas migratorias más estrictas: Tras el asesinato, algunos legisladores presentaron y defendieron leyes como la “Ley Laken Riley”, que “refuerza” el control sobre la inmigración ilegal y aumenta las sanciones para quienes cometieran delitos. Esto causó que se vinculara el crimen con el debate sobre la inmigración, sugiriendo que los inmigrantes ilegales son más propensos a cometer delitos, lo que alimentó la percepción negativa hacia esta comunidad.
Retórica política para criminalizar a los inmigrantes: Los analistas señalan que el caso fue aprovechado por algunos políticos para asociar la inmigración ilegal con la criminalidad de forma generalizada. Esta retórica contribuyó a una visión estigmatizada de los inmigrantes indocumentados, pintándolos como una amenaza constante, cuando en realidad los delitos violentos no son exclusivos de esta población. La polarización política que surgió a raíz de este caso amplificó estos estereotipos, que aun siguen durante este segundo mandato del presidente Donald Trump.