Republicanos a punto de matar otra vez la reforma migratoria
“La salida de dos de los tres republicanos que integraban el Grupo de los Siete que redactaba un plan de reforma migratoria en la Cámara de Representantes cayó como un balde de agua fría”, escribió en una de sus notas la cadena de noticias Univisión refiriéndose a la salida de 2 de los cuatro miembros de ese partido que conforman una comisión para la reforma migratoria, uno de ellos Ted Cruz, ya había renunciado hace algún tiempo.
Hasta el momento el único republicano que queda en esa comisión es Mario Díaz Balart, quien dijo el pasado domingo en el programa Al Punto, que a pesar del corto tiempo todavía se podía hacer algo por no dejar morir el proyecto.
No hay Plan B
A parte de la salida de casi todos los republicanos de la mesa de negociación en un acto de desprecio por estudiar todo lo que tiene que ver con el fenómeno de la migración, la semana pasada la propia Casa Blanca insistió en que los republicanos de la Cámara de Representantes deben aprobar una reforma migratoria integral y que no existe un “plan B” si el Congreso no la aprueba este año.
En una entrevista con la cadena televisiva Telemundo, el presidente Barack Obama afirmó que no puede congelar la deportación de todos los indocumentados, como piden los grupos pro inmigrantes, más allá del programa puesto en marcha en 2012 para suspender por dos años la deportación de ciertos estudiantes indocumentados.
En ese sentido, Jay Carney vocero de la casa Blanca, reiteró que Obama “tiene la obligación de hacer cumplir las leyes” y que en la entrevista con Telemundo dejó en claro que “no hay un plan B” en lo que se refiere a una reforma migratoria integral.
“Los que apoyan una reforma migratoria no deben creer que existe algún plan B (Marco Rubio dice que sí) que sea una alternativa viable a que la Cámara de Representantes haga lo correcto para EE.UU. y permita que un proyecto de ley que tiene amplio apoyo en el país y amplio apoyo bipartidista en el Senado sea votado”, subrayó Carney.
El objetivo de esa reforma, recordó Carney, es resolver el problema de la inmigración ilegal, algo que a su juicio “ayuda a la economía, ayuda a la clase media, incrementa el crecimiento (económico)” y ayuda a reducir el déficit.
Agregó que el presidente de la Cámara Baja, John Boehner, debería someter a voto la reforma para eliminar un problema que, a su juicio, dificulta el futuro político del partido de oposición, según citó la agencia de noticias Efe.
“Simplemente háganlo. No dolerá, y los beneficios serán enormes para la economía, para la clase media e incluso para el Partido Republicano”, dijo Carney dirigiéndose a los republicanos.
El Senado aprobó su versión de la reforma migratoria el pasado 27 de junio, pero Boehner ha dicho que su bancada elaborará su propia iniciativa, con énfasis en la seguridad fronteriza. Hasta ahora, la Cámara Baja no ha presentado su propia versión.
Los grupos defensores de los inmigrantes han venido presionando por una reforma migratoria ante el Congreso, y también han dirigido sus protestas contra Obama para que frene las deportaciones.