¡Abróchese el cinturón en Acción de Gracias!

El mejor lugar para hablar con Héctor no era por supuesto una oficina aclimatada y con sillones abullonados, eso quizá no hubiera sido original, por eso la mañana en que nos dio la entrevista, no obstante, el frío y el trabajo fuerte que había llevado a cabo se le veía feliz y con ganas de contar más sobre lo que ahí hacía, que el motivo por el que lo fuimos a ver.

Acababan de acondicionar los patios de la Escuela Comunitaria Internacional de Decatur, donde niños refugiados de más de 25 países, reciben educación y Héctor junto a otro grupo de veteranos voluntarios de la organización The Mission Continues, dejaban todo en orden para el regreso a clases de los menores.

Por qué lo fuimos a ver

Héctor Gutiérrez de origen uruguayo, se describe así mismo con pocas palabras. “Soy un miembro de la comunidad”, nos dijo, y lo que trató de explicar después no fue otra cosa que lo que considera él, es su identidad.

Dice que es un miembro de la organización Teach for America en su calidad de veterano de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que de pequeño vio en su casa y en su familia el ejemplo de personas que trabajaban muy duro, y eso le dejó grandes enseñanzas.

“No es que trabajar sea malo”, aclaró, es que él sabía que a través de los estudios podía marcar la diferencia en la familia, como en efecto lo hizo, al enlistarse en el ejército y luego ir a la universidad donde obtuvo un diploma y luego una maestría en educación.

Vinculado con Teach for America descubrió el mundo maravilloso de la educación, y dice que la ciudad donde le ir a vivir fue Forest Park, al sur de Atlanta.

“Entonces me enamore de la comunidad para ser honestos”, afirma, sin mayores emociones, pero convencido de lo que dice.

“Yo vivía en Kennesaw pero ahí era como en los suburbios y la gente era diferente, pero yo sentí que en Forest Park la comunidad me abrazó a mí, y yo a ellos entonces me sentí muy cómodo ahí”.

Gutiérrez dice que esa es una comunidad donde hay muchos hispanos que viven ahí, y él trabajó en sus escuelas durante cuatro de los 6 años que lleva como maestro.

“Ahí me di cuenta de muchas de las necesidades que tiene nuestra gente y no solo como hispanos sino la gente en general”.

Una decisión acertada

Preocupado, pero al mismo tiempo ilusionado con servir más a su gente, Gutiérrez tuvo una idea que compartió con su esposa Brenda recibiendo su apoyo de inmediato. Quería trabajar ahora desde un cargo público de elección y pensó en la Junta Escolar, pero el tiempo de las inscripciones pasó y no lo hizo.

“Mi primera idea era lanzarme para la Junta Escolar porque soy maestro…pero las elecciones pasaron y dije bueno ya estoy con esta energía y estas ganas, entonces supe que podía hacer otra cosa cuando consulté con algunas personas”

Esa “otra cosa” era ser candidato al concejo de Forest Park, a lo cual se inscribió e inició una maratónica pero efectiva campaña.

“Mi equipo era yo, mi esposa y mi hija, y algunos voluntarios que a veces venían y mis estudiantes más que nada, ellos son los que me han apoyado desde el principio en todo esto”

Un hombre de hogar

Brenda Gutiérrez su esposa, dice que Héctor es un hombre diferente a todos los que ella conoce, porque su esmero y preocupación por demás es diaria y espontánea.

“Él siempre ha sido diferente, es un hombre de familia, para él la familia ha sido todo”, señala, quien a demás es parte de fundamental de su carrera.

Brenda dice que cuando su esposo le consultó sus ganas de aspirar al concejo ella solo le dijo:

“Cuál es el plan y que es lo que tenemos que hacer?

A partir de ahí, como ella lo recuerda, vinieron las tardes de tocar puertas, arreglar el material que debían llevar a los vecinos, conducir y apoyarlo en todo.

David García, quien lidera la organización The Mission Continues, dice que conoció a Héctor en uno de los talleres de liderazgo para veteranos llevados a cabo en Atlanta.

“Es una persona excepcional, un gran ser humano”, dice García.

Hace historia

Héctor Gutiérrez fue elegido el primer concejal latino en Forest Park por una ventaja cerrada de 139 votos frente a 132 de su oponente, dice que no le debe nada a ningún partido, a ninguna organización y que solo a su gente tiene que rendirle cuentas.

“Siento un honor tremendo primero que nada porque nuestra comunidad está poniendo su fe en mí, para que yo los represente a ellos, no solo los latinos, sino los afroamericanos y la gente blanca…”, reconoce.

Dice que sus electores vieron en él reflejados también sus valores, y eso fue lo que los motivó a darle el voto.

“En Forest Park somos casi la tercera parte de la comunidad del condado, ahí consumimos y somos dueños de casas y de negocios, pero nunca habíamos tenido una representación en todo el condado”, afirma el nuevo concejal.