Jornalero ilegal recibirá dinero de lotería que se ganó en el 2010
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La vida de Antonio Cua-Toc, no era distinta a la de millones de jornaleros de Estados Unidos que han venido de sus países de origen a buscar una mejor oportunidad, trabajando en lo que fuera para sustentar a su familia en su natal Guatemala, en eso andaba y soñaba cada día en que la suerte le iba a sonreír, pero cuando le sonrió…inmediatamente le hizo mala cara.
El 17 de noviembre de 2010, Cua-Toc, de 25 años en ese momento llegó a una tienda cerca de Macon, Georgia a comprar un tiquete de lotería, con el que esperaba ganarse el gordo, pero era un ejercicio que había hecho varias veces sin éxito.
Las cámaras de la tienda sin embargo, donde Cua-Toc compró la lotería, muestran un momento que muchos humanos quisieran vivir, y es precisamente cuando levanta los brazos en señal de júbilo, da varios saltos dentro del establecimiento y luego de hablar con el encargado del negocio sale del lugar.
Era evidente que la vida le había cambiado a Cua-Toc quien llegó de Guatemala por la frontera con México en el 2000, se acababa de ganar 750 mil dólares, es decir, 3 cuartos de millón de dólares y no podía estar más feliz, pero eso no sería por mucho tiempo.
Cua-Toc, de extracción humilde sabiendo escasamente leer y escribir, cayó en cuenta que no tenía permiso legal para estar en Estados Unidos, y con esa duda y un billete premiado de lotería buscó ayuda entre las personas en las que confiaba.
Comienza la pesadilla
El 27 de noviembre de 2010 a las 7:28 minutos de la noche, según los registros oficiales del Centro de Detención del condado de Houston, se reseñó a José Antonio Cua-Toc, un sujeto de sexo masculino, de 5 pies 3 pulgadas (1.60), de peso 140 libras, de raza blanca (mexicanos y latinos)—dice el reporte, nacido en 1985.
¿Los cargos? Falsificación en segundo grado; amenazas o actos terroristas y petición de retención del departamento de policía de Warner Robins, los 3 cargos tenían cada uno una fianza de 5 mil dólares y sumaban en total 15 mil. Ahora Cua-Toc seguía siendo un hombre pobre y con serios problemas, a pesar de que diez días atrás se había sentido caminando en las nubes.
Cuando Cua-Toc, se ganó la lotería llegó a pensar que podría tener problemas al cobrarla por no tener una identificación oficial y luego de pensarlo, le consultó el caso a quien había sido se jefe Erick Cervantes, quien no tardó en ofrecerle su ayuda.
Cervantes cobró la lotería, recibió parte de los 750 mil dólares y le ofreció a Cua-Toc 20 mil dólares para que se quedara callado, porque corría el riesgo de que fuera deportado a su país sin llevarse nada en las manos.
Como el jornalero no aceptó, Cervantes se inventó una treta para llevarlo a la cárcel, confiando en que, desde allí iba a salir deportado a su país de origen, y no le iba a estorbar en sus planes de disfrutar del dinero recibido, fue así como el 27 de noviembre cuando Cua-Toc, le fue a reclamar por su billete de lotería, éste llamó a la policía y le contó que el hombre había proferido amenazas terroristas contra su familia.
“Esto es una verdadera injusticia, este hombre está preso sin haber cometido ningún delito”, dijo en su momento la cónsul de Guatemala en Atlanta, Beatriz Illescas.
A partir de ese momento le siguieron casi 10 meses en prisión sin que su caso se resolviera, momentos que cambiaron la vida de Cua-Toc, según contó en una oportunidad a la estación local de radio El Patrón.
“El futuro para mi es seguir adelante, echarle ganas, pedirle a Dios que me cuide a mí y a mi familia y a todas las personas que me apoyan y creen en mi…” dijo el hombre
El litigio
Estando en prisión Cua-Toc no perdió oportunidad para contar su versión de los hechos, dijo que el 17 de noviembre de 2010 en la tienda OM Mart sobre la Feagin Mill Road en Warner Robins había comprado un billete de lotería que había resultado ganador, y que al habérselo dado a Erick Cervantes, éste se había adueñado del mismo bajo el argumento de que, él le había dado los 20 dólares para que le hiciera el favor de comprarle el boleto.
A partir de ahí varios abogados se interesaron en su caso, y fue así como logró interponer una demanda en contra de Cervantes, logrando que el 31 de diciembre de 2010, se congelarán todas las cuentas y los pagos del ahora acusado, quien para la fecha ya había feriado parte del dinero recibido junto a su esposa, quedando sin recibir unos 300 mil dólares.
Erick Cervantes y su esposa Sonia habían dispuesto de unos 223.00 dólares, de los cuales $ 41.489, había sido para pagar su casa; $ 47.000 en honorarios para sus abogados de los que ya habían desembolsado $ 24.923; un pago al IRS de $ 43.000; un regalo de $ 10.000 para los padres de Sonia; un préstamo de $ 10,000 a un amigo y otras cantidades más en regalos para familiares y amigos.
En septiembre de 2011 un abogado de inmigración logró detener la deportación de Cua-Toc, quien continuó viviendo en Fort Valley, pero el 31 de enero de 2012 fue arrestado nuevamente por conducir ebrio y llevado a prisión donde estuvo detenido otros 44 días, bajo distintos cargos.
El otro gran día
Pero el verdadero gran día de José Antonio, no fue el día que entró a Estados Unidos como uno de los millones de indocumentados por la frontera sur buscando hacer fortuna para regresarse a su tierra, como tampoco lo fue el día que decidió entrar a la tienda a comprar el billete de lotería que estaba premiado.
El pasado 8 de marzo un jurado del condado de Huston, decidió que José Antonio Cua-Toc, ahora de 27 años, debe quedarse con 517.500 dólares, luego de haber hecho las respectivas deducciones de impuestos, tras una larga disputa con Cervantes, quien argumentaba que ese boleto de lotería era de él, porque se lo había mandado comprar.
Milanek Shannon, una enfermera de 41 años de edad, de Warner Robins, que fue miembro del jurado dijo que el veredicto se había basado en el video de vigilancia de la tienda donde fue comprado el billete.
El video muestra a Cua- Toc sonriendo y levantando las manos después de que su boleto fuera registrado como ganador por el dueño de la tienda, según reportó el diario The Telegraph, de Macon.
Jeff Lasseter, uno de los abogados de Cervantes, buscó la “compasión” de los miembros del jurado, señalando que éste era un hombre generoso y tenía tres hijos, y les rogó que no le impusieran daños punitivos, argumentando que el veredicto era suficiente castigo y pidiendo que solo le obligaran a pagar- $ 1 por los daños causados.
Sin embargo el jurado no lo tuvo en cuenta y le impuso como castigo pagar 207 mil dólares para honorarios de sus abogados así como 25.000 dólares en daños punitivos, por haber acusado falsamente a Cua-Toc.
José Antonio Cua-Toc, cuando fue arrestado por la policía del condado de Houston. (Record público)
Erick Cervantes, cuando recibía un cheque por $ 750.000 de parte de uno de los funcionarios de Georgia Lottery, propietaria del sorteo Jingle Jumbo Bucks. (Foto: Georgia Lottery)