¿Apagará la nueva ola de redadas el entusiasmo político latino en 2016?
Por: David Torres/ dtotrres@americasvoice.org
Luego de darse a conocer la noticia la semana pasada de que el gobierno de Obama estaba planeando una nueva ola de redadas enfocándose en jóvenes madres y niños no acompañados de Centroamérica, líderes demócratas, expertos y defensores condenaron las acciones calificándolas de erróneas moralmente y equivocadas como política. Además, como lo han empezado a subrayar importantes analistas, las redadas pueden tener también un efecto político.
En un artículo publicado por el Daily Koss la semana pasada, Kerry Eleveld delineó los argumentos electorales por los cuales la posible nominada presidencial demócrata, Hillary Clinton, “debería dejar de cortejar a votantes republicanos y enfocarse en los latinos y en inmigración”.
La nota, que cita ampliamente a la directora de Latino Decisions, Sylvia Manzano, incluye las cifras clave de la investigación de esta firma encuestadora: “Este año los votantes latinos ya se sienten más motivados a mediados de abril de lo que estaban un día antes de votar en 2012”.
Eleveld evaluó que “los votantes latinos podrían ser el único segmento electoral más poderoso en 2016” y que la inmigración quizá podría ser el único tema más progresista de la elección, SI los demócratas juegan bien sus cartas”.
Desafortunadamente, las redadas son un ejemplo de que los demócratas no juegan bien sus cartas. Como hace notar una serie de analistas, las redadas tienen la posibilidad de minar la alta motivación que tienen los latinos durante este año en el que los demócratas no pueden permitir que descienda ese entusiasmo.
En una columna reciente en Salon, el estratega progresista Henry Fernández hizo notar que mientras la demografía les da a los demócratas una ventaja en el Colegio Electoral, “si la participación de los votantes latinos en las urnas es peor de la que se registró en 2008 y 2012, es mucho más probable que el nominado republicano sea electo presidente”.
Fernández prevé entonces las posibles condiciones “con base en las cuales esta sequía en la participación latina podría ocurrir”, señalando que “el gobierno de Obama tendría que involucrarse en redadas de deportación en todo el país enfocándose primero en familias latinas y niños… Las organizaciones de base y la amplia cobertura en los medios informativos en español darían a conocer muy bien entre los votantes latinos las redadas y el daño que harían a las familias… Las redadas tendrían que ser culpa del actual presidente demócrata”.
María Peña, corresponsal en Washington de La Opinión, el diario en español más importante en el país, escribe sobre cómo las redadas afectan los esfuerzos para registrar y movilizar a los votantes latinos para la elección venidera.
Su nota, “Redadas en año electoral podrían afectar voto latino, advierten activistas”, cita a Danny Cendejas, de Detention Watch Network, quien dice que a pesar de que muchos latinos votarán contra Trump por su retórica antiinmigrante, “la gente también busca algo por qué votar, y estas acciones son un mordaz recordatorio de la falta de confianza entre la mayoría de la comunidad latina y Barack Obama… Muchos votantes latinos recordarán las promesas incumplidas (de 2008) de Obama… Falta ver si los candidatos demócratas en verdad se mantendrán comprometidos con los derechos y la dignidad de los inmigrantes que viven en EEUU”.
La nota de Peña también cita a la abogada de inmigración Angela Kelley, del Center for American Progress: “Es difícil imaginar cómo pueden tener éxito las estrategias de participación cívica, cuando un día los hogares hispanos reciben un llamado a la puerta para alentarlos a inscribirse a votar, y al día siguiente tienen mucho miedo de abrir la puerta”.
Y Gustavo Torres, de CASA de Maryland y Virginia dice al Washington Post: “El presidente está enviando el mensaje de que no le importa nuestra comunidad, y eso va a tener un precio político… [Los latinos] no van a votar por Trump, ¿entonces qué opción tienen? Se van a quedar en casa”.
El anuncio de las redadas –y el debate migratorio en su totalidad– no son temas abstractos para millones de votantes latinos en el país. Como lo subrayan las cifras de la reciente encuesta de
Latino Decisions, los votantes latinos tienen una conexión personal con el debate migratorio: 57% conoce a alguien que es indocumentado; un tercio (34%) sabe de alguien que ha enfrentado deportación o detención por razones migratorias; y un tercio (33%) conoce a alguien que ha solicitado DACA.
De acuerdo con Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, “las redadas son una política equivocada, aborrecibles desde una perspectiva moral y potencialmente perjudiciales para las esperanzas políticas demócratas este noviembre. Si el gobierno continúa por este camino, está en manos de los demócratas en el Congreso y de los defensores pro inmigrantes de todo el país exigir que se corrija el rumbo”.