Cierran filas contra la SB 458
Por: Rafael Navarro- ENG
Matt Hicks, es un profesor de inglés de Cedar Shoals high school en las afueras de Athens, y su oposición al nuevo proyecto de ley SB-458 con el que se busca cerrar por completo las puertas de la educación superior a los jóvenes indocumentados, es sencillamente porque le parece injusto e inhumano.
“Yo escucho las historias de las familias inmigrantes y puedo ver en ellos que son personas que tienen mucho para aportarle a nuestra comunidad y a nuestro estado”, dice Hicks, mientras que ningún niño ni joven indocumentado, solo por esa razón debe estar fuera de las posibilidades de seguir estudiando.
Apenas la semana pasada, el Comité Judicial de la Asamblea General y el Senado votaron a favor de continuar con el debate de la SB458 a pesar de la oposición contundente y los sólidos argumentos de aquellos que no están de acuerdo, entre ellos muchos educadores.
La SB458 prohibiría el acceso a la educación superior a todos los estudiantes indocumentados, incluso si estos pagan sus colegiaturas a los altos costos que eso representa para ellos, no podrían aplicar a ninguna universidad pública.
El canciller del Sistema Universitario de Georgia Hank Huckaby declaró que se oponía a la SB458 y que el comité no debía seguir adelante con su estudio, y a pesar de su poderoso testimonio el proyecto fue pasado para ser debatido.
¿Qué les hemos hecho?
Julio Quezada dice que vino a Estados Unidos a los 2 años traído por sus papás y que ahora tiene 15, cursa el noveno grado y le gustaría ser abogado porque es una profesión a través de la cual se puede ayudar a la gente, sin embargo de ser aprobada la SB 458 nunca podría ver convertido su sueño en realidad.
“Mis calificaciones son perfectas, soy el mejor estudiante de mis clases, mis notas están sobre noventa”, dice el joven luego de intervenir en la rueda de prensa en la que varias asociaciones repudiaron el proyecto de ley nacido en la bancada republicana de la legislatura estatal.
“Me siento enojado”, dijo el joven y agregó que no sabía por qué querían hacer eso contra ellos. “Es romper los sueños de la gente que desde chiquitos nos trajeron aquí, para qué hacer eso?”, se preguntó el joven.
“La escuela es la primera parte donde tú vas a poder lograr lo que quieres ser, por eso la escuela es importante y no es justo que no nos permitan estudiar” recalcó.
Nayelly Quezada, por su parte afirma que este tipo de leyes lo único que buscan es truncar los deseos de quienes quieren ir a la universidad.
“Yo no pido otra cosa más, sino que me dejen seguir estudiando”, dijo la joven, al admitir que ella siente a este estado como su propia casa. “Y eso es lo que me molesta, que en mi propia casa me digan que no”.
Nallely llegó de 8 años a Georgia y ahora tiene 20 años. “Dejé mi tierra, mi cultura, mi idioma y lo he cambiado por otra bandera, me siento orgullosa de estar aquí en Georgia, pero estas leyes me quieren truncar mis sueños”
Voces en contra
“La SB458 es un acto de intimidación en contra de los jóvenes inmigrantes”, dijo Jerry González, director ejecutivo de la Asociación de Funcionarios Latinos Electos de Georgia—GALEO, por sus siglas en inglés.
“Los adultos responsables deben poner alto a esta intimidación, aun cuando esta provenga de senador estatal como Barry Loudermilk (R), y decir NO a la SB458. Por favor llamen a los senadores dígales que no voten la SB458”
GALEO, ha criticado fuertemente esta medida diciendo que los legisladores republicanos han montado una farsa en torno al tema migratorio y que no escuchan las voces con argumentos sólidos en contra de este tipo de iniciativos.
“El senador Barry Loudermilk (R) delegó todas las explicaciones políticas del proyecto de ley al “experto”, Donald Arthur King (DA King) que es un criminal convicto y asociado abiertamente con grupos de odio”, dijo la organización.
Estela Martínez, una estudiante indocumentada que fomenta la educación entre los jóvenes latinos, ha dicho en reiteradas ocasiones que este tipo de propuestas no tienen sentido si de lo que se trata es de conservar los puestos para los residentes legales.
“No es por dinero, ni porque seamos muchos, porque las universidades le cobran a los indocumentados el triple de lo que le cobran a los que tienen documentos…En las 5 universidades más grandes del estado solo hay 27 estudiantes indocumentados y en el estado en general hay 64 mil estudiantes indocumentados”, afirmó en charla anterior.
“Así es que eso demuestra que no es porque estemos asistiendo a la universidad por montones…solo por el estatus es que no nos dejan entrar, aunque tengamos las mejores calificaciones ese asiento se lo van a dar a un documentado porque él si tiene papeles…”, recordó Martínez.
Geovany Diaz, fue traído por sus padres cuando tenía solo dos meses, en ese tiempo sus papás lo tuvieron aquí cinco años y lo regresaron a México, volviéndolo a traer de nuevo a los 8 años y ya la familia se quedó definitivamente en Georgia.
Ahora el joven tiene 19 años y asiste a Freedom University, pero a pesar de los obstáculos dice que se requiere del esfuerzo de muchos más jóvenes para que las cosas puedan cambiar.
“Este tipo de leyes no son necesarios, ya estamos pagando tres veces más de los que pagan los otros estudiantes, pagamos por los libros, pagamos por todo y no es necesario, por eso me enojo” afirma el joven.
“Yo sé que hay todavía muchos estudiantes con miedo, pero tienen que salir a contar sus historias y a enseñarles a los legisladores que están equivocados en sus apreciaciones:, afirmó.
El año pasado la Junta de Regentes de Educación cerró las puertas de las 5 principales universidades del estado a los indocumentados, siendo éstas:
University of Georgia en Athens; Georgia Tech, Georgia State University, Medical College of Georgia, Georgia College & state University, y Kennesaw State University, luego del caso de Jessica Colotl.
Aldo, un joven de 16 años de Athens, sostiene una pancarta en la que se lee: “Paren la segregación de Chip, SB 458” en alusión a Chip Rogers el republicano principal autor de la iniciativa. (Foto: Rafael Navarro-ENG)