Depresión Posparto: ¿Qué hacer cuando no se trata sólo de la tristeza normal después del parto?
Por: Mark Kishel, M.D.
Es normal estar sensible cuando acabas de tener un bebé. Los cambios en las hormonas y los ajustes a tu nueva vida pueden parecer abrumadores, y es común que las nuevas madres se sientan tristes tras el nacimiento de un niño.
En los días posteriores al parto, las mujeres experimentan una dramática caída en los niveles de estrógeno que puede causar tristeza, cambios de humor, ansiedad e irritabilidad – la tristeza normal o lo que en inglés comúnmente se llama “baby blues”. Hasta el 80 por ciento de las nuevas madres experimentan esta tristeza, que puede durar desde unos pocos días a unas pocas semanas, según el Instituto Nacional de Salud Mental.
Sin embargo, si te has sentido triste, cansada y desesperada por más de unas pocas semanas después del nacimiento de tu bebé, puedes estar experimentando depresión posparto (DPP). Según la Asociación Americana de Psicología, aproximadamente 1 de cada 7 mujeres experimentan esta condición, lo que es más grave y duradera que los “baby blues”. Varios estudios muestran que las mujeres hispanas tienen el mismo o incluso mayor porcentaje de depresión posparto que las mujeres no hispanas. Esto se debe a un conjunto de factores que incluyen expectativas de la familia, el rol que se espera ellas cumplan como madres y el vivir entre dos culturas, entre otras.
“La depresión posparto puede tener graves consecuencias, desde problemas con la vinculación emocional hasta pensamientos de suicidio”, dijo el doctor April Ruffin, director médico de Blue Cross and Blue Shield of Georgia y miembro del Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología. “Es muy importante para los pacientes y las familias estar conscientes de los signos que muestran cuando los síntomas de una nueva mamá van más allá de la tristeza y sensibilidad típicas después del parto”.
La DPP se puede desarrollar en cualquier momento, desde un par de semanas a un año después del parto, pero es más común en los tres primeros meses. Los síntomas incluyen:
· Un estado de ánimo triste o llanto excesivo
· Sentimientos de culpa, incapacidad y sentirse inútil
· Cambios de humor, irritabilidad y agitación
· Fatiga abrumadora
· Trastornos del sueño – dormir demasiado, demasiado poco o tener dificultad para conciliar el sueño
· Pérdida de interés en actividades que normalmente se disfrutan, incluyendo el sexo
· Sentirse demasiado ansiosa acerca de uno misma o de tu bebé
· Dificultad para concentrarse o completar tareas
· Distanciamiento de los amigos y la familia
· Pensamientos negativos acerca de tu bebé o dificultades para formar un vínculo emocional
La DPP no tiene una sola causa, pero probablemente es el resultado de una combinación de factores físicos y emocionales, como la falta de sueño. Las mujeres necesitan mucho descanso después de un parto, pero tener ese descanso es, obviamente, un gran reto con un recién nacido.
Algunas madres tienen mayor riesgo de DPP que otras. Si tú eres madre primeriza, tuviste un embarazo no planeado o estresante o tienes un historial de depresión o ansiedad, puedes ser más propensa a desarrollar DPP.
“En mi práctica, he encontrado que las nuevas madres a menudo se sienten avergonzadas y sienten vergüenza de buscar ayuda durante un período en que se les ha dicho que deben estar extremadamente felices”, dijo el Dr. Ruffin. “Pero una vez que buscan esa ayuda, se sienten tan aliviadas y esperanzadas al saber que sus síntomas pueden ser tratados”.
Si estás experimentando estos síntomas, es importante recordar que la DPP no es tu culpa y que hay ayuda disponible. Te sugerimos estas tres acciones:
1) Si estás teniendo problemas para hacer frente a los cambios de ser una nueva madre, consulta a tu médico. Él o ella puede ayudar a determinar si estás experimentando DPP y prescribir tratamientos, que pueden incluir asesoramiento y antidepresivos. La detección temprana y el tratamiento para la DPP pueden marcar toda la diferencia. Si no se trata, la enfermedad puede durar muchos meses y puede tener consecuencias duraderas.
2) El paso más importante en la recuperación es no aislarse. Es importante hablar con un profesional y la búsqueda de un grupo de apoyo para ayudarte a salir adelante y a recuperarte. Conocer a otras madres que han pasado por lo mismo es particularmente útil, porque sabrás que no estás sola.
3) La otra clave para la recuperación es tomar medidas para empezar a sentirte normal y sana de nuevo. Esto significa tener suficiente descanso, ejercicio y comida sana. Mientras esto pueda parecer fácil, todos los padres saben que las tareas simples como cocinar pueden convertirse en desafíos con un recién nacido. Aquí es donde una red de apoyo de seres queridos se hace necesaria. Tener una amiga que te acompañe a salir a caminar, una vecina que pueda traer comidas o un miembro de la familia que pueda ver a tu bebé mientras tomas una siesta marcaran una gran diferencia.
“Todos los médicos que atienden a mujeres después del embarazo, necesitan hacer del chequeo de depresión posparto una prioridad, y preguntarles a las nuevas madres acerca de cómo se sienten, sobre todo a las que están en mayor riesgo”, dijo el Dr. Ruffin. “Algunas pacientes ni siquiera pueden darse cuenta de que lo que están experimentando tiene un nombre y puede tratarse con éxito”.
Dr. Kishel es Senior Clinical Officer para Blue Cross Blue Shield of Georgia y Miembro del Consejo Americano de Pediatría.