Enfermedades cardiacas siguen en aumento
A pesar de que en gran medida son prevenibles, los ataques cardiacos, los accidentes cerebrovasculares, la insuficiencia cardiaca y otras afecciones relacionadas causaron 2.2 millones de hospitalizaciones en el 2016, lo que provocó un costo de 32 700 millones de dólares y 415 000 muertes, según el informe más reciente de Signos Vitales de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades CDC.
Muchos de estos eventos ocurrieron entre los adultos de 35 a 64 años, un grupo en el que hubo más de 775 000 hospitalizaciones y 75 000 muertes en el 2016.
Si en cada estado se redujeran estos eventos —que pueden cambiar la vida— en un seis por ciento, se podrían prevenir un millón de problemas cardiacos para el 2022.
La impactante cantidad de muertes y hospitalizaciones por problemas cardiovasculares surge de las oportunidades que se pierden todos los días para detectar y tratar las causas comunes y controlables de las enfermedades cardiacas. Este informe muestra lo siguiente:
-9 millones de adultos en los Estados Unidos aún no están tomando aspirina según lo recomendado.
-40 millones de adultos con presión arterial alta aún no la tienen bajo control.
-39 millones de adultos pueden beneficiarse si controlan el nivel de colesterol.
-54 millones de adultos son fumadores y la mayoría de ellos quiere dejar de fumar.
-71 millones de adultos no hacen actividad física.
Cómo salvar un millón de corazones
Los profesionales y los sistemas de atención médica pueden comenzar al hacer lo siguiente:
-Centrarse en el ABCS de la salud del corazón: Adecuado tratamiento con aspirina para las personas que lo necesiten, Buen control de la presión arterial, Control del colesterol y Sí a dejar de fumar.
-Adoptar un enfoque de equipo y usar la tecnología, los procesos especialmente adaptados y las destrezas de cada uno en el sistema de atención médica para encontrar y cerrar las brechas en ese sistema.
-Asegurarse de que las personas que hayan tenido un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular reciban la atención que necesitan para recuperarse bien y reducir el riesgo de otro evento.
-Fomentar la actividad física y la alimentación saludable entre sus pacientes y empleados.
Para obtener más información acerca de este informe, consulte www.cdc.gov/vitalsigns
Hábitos de vida saludable
1. Dieta equilibrada: una alimentación saludable se rige por incluir todos los alimentos contemplados en la pirámide nutricional, pero en las proporciones adecuadas y en la cantidad suficiente (no más).
El valor energético diario de la dieta debe ser de 30-40 kilocalorías por hilo de peso. Los hidratos de carbono deben ocupar un 50-55% de los nutrientes, con no más de un 10% de azúcares simples.
Las grasas han de ser un 30% del valor energético total, repartiéndose del siguiente modo: un 15-20% de grasas monoinsaturadas, un 5% de poliinsaturadas y no más de un 7-8% de saturadas. Las proteínas consumidas no deben superar el 10% de la dieta.
2. Hábitos tóxicos: el tabaco, el alcohol y las drogas inciden de forma muy negativa sobre la salud. La única tolerancia se refiere exclusivamente al vino o la cerveza, de los que incluso se recomienda el consumo del equivalente a una copa diaria.
3. Ejercicio físico: las recomendaciones generales determinan unos 30 minutos diarios de actividad física, siendo suficiente caminar a paso rápido durante este tiempo. Ello permite quemar las calorías sobrantes y fortalecer músculos y huesos, pero también ayuda a controlar la tensión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre.
4. Higiene: una higiene adecuada evita muchos problemas de salud: desde infecciones a problemas dentales o dermatológicos. El concepto de higiene no sólo se refiere al aseo y limpieza del cuerpo, sino que afecta también al ámbito doméstico.
5. Productos tóxicos: son muchos los productos a los que la exposición del organismo, puntual o continuo, puede resultar en un serio riesgo para la salud. La contaminación ambiental de las ciudades está considerada como uno de los factores de riesgo más importantes para la salud.
6. Equilibrio mental: no se refiere a la existencia de enfermedades mentales, sino al estado de bienestar emocional y psicológico, necesario para mantener y desarrollar las capacidades cognitivas, las relaciones sociales y el afrontamiento de los retos personales y profesionales de la vida diaria.
7. Actividad social: las relaciones sociales son un aspecto fundamental para la salud del ser humano y, en consecuencia, para un envejecimiento saludable. El aislamiento social puede llevar a un deterioro gradual e irreversible de las capacidades físicas y mentales, incluso a la incapacidad física y la demencia.