Los 4 mejores tratamientos de rejuvenecimiento facial
El cuidado de la piel ha pasado de un tema de mera estética a procedimientos que se vuelven casi indispensable en el mundo de hoy para muchos trabajos, en los cuales, la presentación personal tiene una importancia única.
Sin embargo, ese no es el único motivo para probar uno. Sentirse bien y verse bien van de la mano con la autorrealización de ser humano desde épocas inmemoriales.
Cuatro técnicas marcan la pauta en estos momentos, según el portal Groupon de España:
Botox
El botox es el rey de las técnicas de rejuvenecimiento facial poco invasivas. Un procedimiento sencillo y unos resultados visibles prácticamente de forma inmediata son las claves de su éxito. Las infiltraciones se realizan directamente en los músculos de la cara y provocan su relajación. Quien las realice ha de ser un experto en anatomía facial, alguien que sepa exactamente qué músculos ha de tratar.
Los efectos del botox perduran unos cinco o seis meses y se suele aplicar en la zona del entrecejo, para relajar la expresión de ceño fruncido que causa esa típica arruga del centro de la frente, y en el contorno de los ojos, sobre todo.
Ácido hialurónico
El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en el cuerpo humano. Por eso es uno de los rellenos faciales más utilizados, porque el organismo no lo interpreta como algo extraño. Al contrario, el ácido hialurónico es reabsorbible. Por eso, sus efectos no son permanentes, sino que se disipan al cabo de un periodo de entre 12 y 24 meses, dependiendo de la persona.
Radiofrecuencia facial
La radiofrecuencia facial activa la producción natural de colágeno y elastina, lo que produce una mejora en la textura del rostro. A través de la máquina de radiofrecuencia, se produce un incremento de la temperatura en las capas más profundas de la piel. Es así como se estimula la creación de estas dos sustancias.
Láser resurfacing
Este tratamiento, también conocido como velo de novia, se basa en la aplicación de un láser que consigue renovar el cutis, es decir, generar una piel nueva. Por eso se emplea no solo para tratar arrugas, sino también marcas de acné, manchas o desigualdades de color y está especialmente indicado para rostros dañados por el sol.
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