Otra oportunidad de vida
Por: Carlos Castro, especial para El Nuevo Georgia
“Manuel Alejandro” nació el 29 de septiembre de 1981, desde niño fue una persona intranquila, difícil de estar en un solo lugar, totalmente activo, mostrando un espíritu de liderazgo, protector, y aventurero.
A partir de la etapa de adolescencia mostraba sus gustos por las fiestas y de trabajar fuertemente para ayudar a la familia, y costear sus gastos personales.
Aproximadamente a la edad de 24 años inicia labores en la Cervecería Polar, donde trabajando duramente logra comprar su primer vehículo, sintiendo mucho orgullo y felicidad.
A partir de ese momento ya nada lo detenía en sus aventuras, en sus fiestas, como toda persona joven que le gustaba divertirse de manera sana y responsable.
Junto a sus hermanos menores pudo recorrer y conocer muchos lugares de su país. En todas esas aventuras sentía momentos de alegría, euforia, y libertad… libertad que poco a poco se iba perdiendo en el país por situaciones políticas.
Observando que la situación política y económica cada vez se ponía más difícil, decidió viajar a los Estados Unidos en septiembre de 2018, y de esa manera poder a ayudar a su familia en su país. Del mismo modo pudo continuar con su espíritu aventurero conociendo muchos lugares, obteniendo oportunidades que en Venezuela ya había perdido.
La vida le da un giro
La madrugada del 17 de marzo de 2019, Manuel se encontraba estacionado en una conocida intercesión del condado de Gwinnett esperando su cambio de luz para continuar a su destino, sin darse cuenta un vehículo a alta velocidad lo impactó por la parte trasera de su vehículo.
Ese impacto hizo que Manuel sufriera heridas muy graves, y a raíz de ellas la muerte cerebral.
A pesar del dolor tan grande que invadió a la familia, la misma decidió donar los órganos sólidos, y de esta manera dar vida y esperanza a personas que lo necesitaban.
Por el sacrificio de Manuel, trabajadores del hospital y representantes de DONATE LIFE, realizaron una ceremonia donde se le rindió honores y se le reconoció como un héroe.
Manuel Alejandro desde niño se caracterizó por ser un aventurero, conocedor de muchos lugares, y actualmente continúa ese recorrido, conociendo el cielo y las estrellas, con su espíritu libre, protegiendo a su familia…
Pero hay algo muy importante que reconforta a la familia, saber que su corazón aún continúa latiendo en este mundo, en otro cuerpo lleno de vida y esperanza.