“Ayer nos íbamos a casar” dijo la hoy viuda del hombre que se hizo acribillar por la policía de Gwinnett
Por: Rafael Navarro-ENG
Mientras Virginia Ríos se estaba preparando para casarse con el hombre con el que había convivido los últimos 25 años de su vida, Sergio Gómez, el novio, había diseñado un plan que justamente ejecutaría para la misma fecha: su propia muerte.
Virginia dice que recibió una llamada de su cuñada, muy temprano la mañana del viernes 4 de noviembre donde le indicaba que Sergio le había llamado pero que no había terminado de decir lo que se proponía.
“Se oía muy mal” cuenta Virginia que le dijo su cuñada.
De inmediato empezó a buscarlo por todos los lugares de la casa, el cuarto, el baño, el patio y fue cuando se percató que no estaba. “Buscando por todos lados, fue como encontré las dos cartas que escribió”, dijo la mujer entre sollozos a El Nuevo Georgia.
Se trataba de dos cartas de despedida, una para ella, y otra para su único hijo Anthony.
“Vicky mi amor, le pido perdón a Dios y a ti, es muy difícil disimular. Cada noche no se si voy a amanecer tengo unos dolores horribles, inaguantables que solo yo sé, y también se que no voy a aguantar ni siquiera un mes o 15 días, por eso he tomado esta decisión…”, se lee en su carta de despedida a la novia que nunca pudo llevar al altar.
Una corazonada
Virginia dice que, una vez encontró la carta, salió a las calles a ver dónde lo encontraba, por dónde lo veía, pero todo fue infructuoso, su hijo llamó a la policía señalando lo que podría suceder, pero en ese momento, aunque los hechos habían tomado un nuevo rumbo, ni las autoridades ni los familiares de Sergio lo habían advertido.
Caminando cerca de la Singleton road en Norcross junto con su hijo, se percataron de lo que parecía ser un incidente policial por el despliegue de patrullas y oficiales, entonces, tuvo una corazonada.
“Algo me dijo que tenía que ver con él…yo presentía algo…”, nos dijo, fue en ese momento en que, decidimos conectarla primero con el oficial de comunicaciones de la policía de Gwinnett y éste a su vez, la condujo a los agentes del Buró de Investigaciones de Georgia– GBI, quienes ya habían tomado el control de la investigación.
“Cuando ellos me atendieron, yo les mostré la carta, les dije que se trataba de mi esposo, uno de ellos hablaba español y no quiso que la leyéramos, el mismo la leyó, nos siguieron haciendo preguntas, sobre la persona que estábamos buscando y finalmente nos dijeron que era él”.
El pasado 16 de junio, Virginia dice que como a las 3 de la mañana se levantó y encontró a Sergio ensangrentado en su cama y con varios coágulos de sangre, tras lo que parece haber sido un ataque de tres personas de origen afroamericano como más tarde le contó, lo llevaron al hospital, pero él no quiso seguir después de unos días internado.
“A partir de ahí, el no quedó bien, hablaba como incoherencias por el golpe que le dieron en la cabeza…ya no fue el mismo, se deprimía, no quería hablar nada, se enojaba con todo, se quedaba en la casa…no quería comer, o a veces me pedía comida y no se la comía”, recuerda la mujer.
A pesar de que Sergio no estaba bien “Él nunca se quejó conmigo, nunca quiso que yo lo viera, ni que supera que él tenía dolor…nunca lo vi quejándose y en la carta me decía que era un dolor insoportable…”, recordó llorando su viuda.
Un plan para morir
La mañana del 4 de noviembre, poco después de las 8:30 am., oficiales de la policía de Gwinnett destacados en el precinto oeste, respondieron a una llamada de una persona que decía que un hombre caminaba armado con una pistola en una cancha de fútbol.
“Cuando los oficiales intentaron hablar con el hombre adulto hispano, este apuntó con el arma a un oficial. Un oficial de policía de Gwinnett disparó al menos un tiro durante el incidente”, dijo Hideshi Valle vocera de la policía a El Nuevo Georgia.
“El hombre fue transportado a un hospital local donde murió a causa de sus heridas. En el hospital, se encontró una nota en el bolsillo del hombre dirigida a la policía de Gwinnett”, anotó Valle.
A esa hora, todavía Virginia no estaba enterada de que, Sergio, el hombre con el que había compartido la mitad de su vida, era el protagonista del movimiento de patrullas, ambulancias y unidades de investigación de las autoridades locales y federales, pero el hecho se había consumado casi a la perfección.
En la nota dirigida a la policía, Sergio Gómez Cruz de 53 años, le pedía perdón a los oficiales por la decisión que había tomado y los involucraba, su plan había sido consumado, sin tener que herir a nadie, pues tuvo cuidado del mínimo detalle, incluyendo el arma utilizada como señuelo para llamar la atención, una pistola de juguete que años atrás le había regalado a su hijo para que jugara.
“Te quiero mucho hijo, Dios te cuide y te bendiga siempre…” dice la nota que Gómez Cruz dejó a su hijo Anthony, y se despide de la misma manera como lo hizo con Vicky, su “Vickyna” como solía decirle… “Siempre con ustedes hasta la eternidad”
“Ayer se despidió de mí” dijo Virginia con los ojos inundados por las lágrimas, “Yo me bañé y me estaba secando y yo lo sentí a él, que él me abrazó, él se despidió de mí ayer la tarde…”
Los restos de Sergio Gómez serán repatriados a México, para lo cual su familia está pidiendo colaboración a la comunidad, si gusta hacerlo puede seguir este enlace: https://gofund.me/5eb92860