Científico colombiano, expone nuevas vacunas sintéticas al CDC en Atlanta
Por: Rafael Navarro- ENG.
El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, creador de la primera vacuna sintética contra la malaria o paludismo, y quien finalmente cedió a la Organización Mundial de la Salud sus derechos de producción, dijo que su equipo de trabajo hubiera podido aportar muchos de sus conocimientos en el desarrollo temprano de una vacuna contra el ébola, pero trabas en su país se lo impidieron.
Patarroyo vino a Atlanta a compartir con científicos del Centro para el Control de Enfermedades y Epidemias—CDC–, por sus siglas en inglés, lo último que el Instituto de Inmunología de Colombia, del cual es su director, ha desarrollado en materia de fabricación de vacunas a partir de procedimientos químicos y no biológicos, como se ha hecho hasta el momento.
El doctor Patarroyo es también el invitado especial del Segundo Encuentro de Colombianos en el Exterior que se lleva a cabo en esta ciudad, del 26 al 28 de septiembre.
Las nuevas vacunas
El científico de renombre internacional dijo en entrevista con El Nuevo Georgia, que habiendo tomado la malaria como ejemplo, cualquier vacuna se pueden hacer químicamente siguiendo ciertas reglas y principios.
“Y cabe decir cualquier vacuna, malaria, ébola, o chikungunya…todo el mundo ha estado buscando vacunas para distintas enfermedades, nosotros hemos desarrollado un método para crear esas vacunas”, dijo.
Señaló que desde hace 25 años desarrollaron una metodología que se ha estado puliendo y que ya está a punto de ponerse en práctica, a partir de procesos químicos.
“Hágase de cuenta hacer un acetaminofén puro en grandes cantidades, de manera que eso evita muchas cosas”, explicó, siendo una de ellas su conservación y tiempo de almacenaje, así como su efectividad, lo que no ocurre con las vacunas biológicas.
“Las nuevas vacunas no hay que mantenerlas congeladas, como las bilógicas para que no se autodestruyan, las hechas químicamente no, esas son moléculas muy estables, porque han sido producidas mediante métodos químicos y son fuertes, entonces se las puede mandar a temperatura ambiente hasta Tailandia y dejarlas ahí 5 o 10 años, sin que pase nada”.
Otra de las ventajas es que, como provienen de moléculas totalmente definidas, se puede saber dónde está cada átomo de la molécula y se pueden reproducir por lotes, creándose lotes idénticos, lo cual no pasa con las vacunas biológicas.
“Con las biológicas eso no sucede porque hay variedad de lote a lote, por eso unas veces funcionan otras
veces no funcionan muy bien”, advirtió.
Remató diciendo que estas nuevas vacunas tienen un bajísimo costo, porque la tecnología química es absolutamente barata, además “Se pueden modificar para volverlas más potentes o quitarles los efectos secundarios que acontecen en las bilógicas”.
“Hay un desprecio por la ciencia en Colombia”
Interrogado sobre qué le está haciendo falta a Colombia para impulsar en los jóvenes la investigación científica, el científico fue enfático en afirmar que desafortunadamente no existe una política de estado con relación a la ciencia.
Puso como ejemplo el que, en los primeros cuatro años del gobierno del presidente Santos, ha habido seis directores de Colciencias, es decir, la entidad que debe fomentar la investigación y el quehacer científico del país, casi a razón de uno cada 8 meses.
“Existe un desprecio por la ciencia y eso lo siente la gente joven”, dijo y criticó severamente al actual gobierno por estar desenfocado frente al tema.
“Imagínese usted, Santos cambiando director seis veces, seis veces, usted sabe lo que son seis directores en cuatro años, el tipo no alcanza ni a calentar el asiento…además pone gente que no son expertos en el trabajo de la ciencia, gente que tiene una ignorancia pero enciclopédica alrededor de esto…”
¿Cómo ve a la Colombia del futuro?
Debido a la actual coyuntura histórica de su país y el hecho de encontrarse con la colonia de colombianos en Atlanta, el doctor Patarroyo hizo referencia a que tenía 67 años y el país lleva 55 años en conflicto.
“Mi familia salió desplazada, porque hicieron un atentado contra mi padre. Eso tiene que cambiar, nosotros no podemos seguir con una política donde la gente se mata entre sí”, dijo.
“Yo soy un convencido de que nada, absolutamente nada justifica la muerte de un ser humano, ni credos religiosos, ni razones económicas, ni política ni social y nosotros llevamos 55 años asesinándonos, alternativamente, la paz tenemos que conseguirla a como dé lugar…” argumentó.
Calificó como “un crimen contra la humanidad”, la muerte de un ser humano en manos de otro.
Pero tuvo reparos al actual proceso de paz en Colombia. “Lo que es desafortunado es que se personalizó, se politizó entonces pues ahí ya la cosa se pone de otro cariz…”
Sobre la situación general criticó la corrupción que campea en todos los niveles de la vida del país.
“El nivel de corrupción que hay en estos momentos en el país es absolutamente inconcebible, chispea a todos los estamentos del estado, y es triste ver a un país con todos los contextos, en todos los contextos, sobre todo en el humano, que se lo estén realmente llevando por delante unos pocos”.
Mensaje para sus coterráneos
Refiriéndose a los colombianos que viven fuera del país, dijo que podían hacer muchísimo.
“Los colombianos somos gente muy creativa, trabajadora, muy honesta la inmensa mayoría y que realmente cuando nos colocan en otras circunstancias y en otros sitios descollamos muchísimo por esas cualidades”.
Finalmente le hizo un llamado a las autoridades para que atendiera la problemática de los colombianos en el exterior, “No solamente cuando les van a pedirles los votos para las elecciones, sino también que pongan cuidado a sus solicitudes…”
Acerca del doctor Patarroyo
Manuel Elkin Patarroyo, se graduó en 1970 en la Universidad Nacional de Colombia y un año después obtuvo su doctorado en medicina y cirugía. Desde pequeño sintió admiración por Luis Pasteur, la inmunología y la virología, de modo que su carrera profesional se orientó a la investigación en diversos centros nacionales y extranjeros, en particular estadounidenses y suecos.
En 1983 su equipo inició los trabajos sobre la malaria alcanzando grandes logros: la obtención, en 1984, de una vacuna sintética (SPf 66), que se ha ido perfeccionando y ha mostrado siempre resultados contundentes. En un acto de generosidad, Patarroyo donó la vacuna, en nombre de Colombia, a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo de 1993. La vacuna fue avalada por ese organismo en 1995.