Dreamers y Regentes se volverán a ver el 5 de diciembre

Por: Rafael Navarro- ENG.

Yovani Díaz, no tiene problemas en contar su historia una y otra vez, dice que cruzó el Río Bravo cuando solo tenía 8 años, porque su madre que ya estaba en Atlanta lo esperaba, vino junto con su hermano mayor y ahora tiene 22 años, se graduó con buen promedio de Chattahoochee High School en Alpharetta, y a pesar de que lo aceptaron varias universidades alrededor del país, por no tener documentos de inmigración no ha podido estudiar.

Cuando el llamado Undocubus pasó por el sureste del país, Díaz fue arrestado por desobediencia civil en Carolina del Norte, dice que todo lo que le tocado vivir le ha llevado a formarse como activista por sus derechos y por los demás.

Luego en New Orleans durante la Convención Demócrata fue sacado de la sala y arrestado por segunda vez, porque se levantó en medio de los apasionados discursos a reclamarle al presidente Obama, por qué estaba deportando tanta gente.

“Fueron entre 8 a 12 horas de arresto, recuerdo que estaba muy fría la celda, ahí conocí a muchas personas que estaban para deportación”, cuenta el joven.

La tercera vez que fue arrestado fue en Washington DC, cuando de nuevo volvieron a interrumpir un discurso, esta vez fue nada más ni nada menos que de la Secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano. “Alto a las deportaciones” “Paren las muertes en la frontera”, fue la consigna esa vez.

Y su último arresto, a pesar de que no es ningún delincuente fue recientemente en Atlanta, donde los miembros de la Junta de Regentes del Sistema de Universidades de Georgia llevaba a cabo su última asamblea del año y como se les negó participar, él y otro compañero Eduardo Samaniego, decidieron darse la palabra por su propia cuenta.

Fue una noche muy larga…

Eduardo recuerda que cuando entró a la cárcel del condado de Fulton aquella tarde de otoño, escuchó que algunos presos estaban leyendo el Salmo 23… “El señor es mi pastor y nada me faltará…aunque ande en valle de sombre de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo…” recitaban los reos en voz alta y eso lo conmovió.

Apenas el día anterior había estado pensando qué podía hacer para que la Junta de Regentes tomara en serio sus peticiones y dejaran a los indocumentados como él, ir a las universidades estatales sin tener que pagar altas colegiaturas como estudiantes internacionales.

“Cada vez que los hemos visto nos han dado las mismas respuestas: nosotros estamos de acuerdo con ustedes y los apoyamos, pero no podemos hacer nada”, recuerda que le han dicho.

Eduardo se vino para Estados Unidos a los 16 años a reunirse con su madre que ya estaba aquí, ahora tiene 21, en solo seis meses aprendió inglés; en los seis meses siguientes ya estaba en clases regulares, hasta graduarse con honores de North Cobb High School donde concluyó los dos años que le hacían falta.

Fue presidente de la asociación de estudiantes; presidente de otros tres clubes, como el de Hispanich Honors, Junior Achietment de Georgia y fue reconocido por la Asociación Natcional de Estudiantes de Estados Unidos, su puntaje al terminar fue 3.7.

Aplicó a muchas universidades, y fue finalista para pago completo en las mejores universidades de Estados Unidos, lo aceptaron en Armstrong University en Savannah, en Berry University, en la Universidad de Manhatan en Nueva York.

“De solo recordarlo me da escalofrió…”, dice el joven, que aunque para entonces ya estaba solo porque su familia regresó a México seguía con los ojos puestos en su futuro universitario.

Trabajaba desde las 7:30 de la mañana a las 4:30 de la tarde en un negocio de renta de materiales de construcción y de las 5 de la tarde a 12 de la noche trabajaba en un restaurante de la cadena Wendy’s. Ahora tiene un solo trabajo en una tienda de ropa, pero aun así saca tiempo para el activismo a favor de los estudiantes como él que se les niega la oportunidad de ir a las universidades.

Las 5 universidades estatales en las que se les han cerrado las puertas a los indocumentados son: University of Georgia en Athens; Georgia Tech, Georgia State University, Medical College of Georgia, Georgia College & state University, y Kennesaw State University.

La demanda en contra de los regentes

“Estamos pidiendo que a los estudiantes con Acción Diferida se les dé el mismo derecho de pagar sus colegiaturas, como dice el mismo reglamento creado por la junta de regentes”, dijo en su momento el abogado que interpuso la demanda, Charles Kuck.

Señaló que el reglamento de la Junta de Regentes del Sistema de Educación de Georgia advierte que los estudiantes tienen que comprobar que tienen presencia legal, no estatus legal, en el estado para acceder a las ayudas en las matriculas.

“Ellos están mal interpretando por error o malintencionadamente, el término “presencia legal”. No es lo mismo presencia legal que estatus legal bajo la ley escrita…” dijo el jurista.

A juicio de Kuck, “Presencia legal es que el gobierno sabe que usted está en Estados Unidos y le da permiso a usted de quedarse aquí, como los que tienen la Acción Diferida, los que tienen una orden de supervisión, o los que están aplicando por asilo, o los que están aplicando por la cancelación de remoción…”

“No estamos pidiendo ningún cambio en ninguna regulación, en ninguna ley, simplemente que la junta de regentes implemente la ley que está escrita…quizá esta escrita por error, pero esa no es la culpa de esos estudiantes”

Advirtió que cuando las leyes son escritas por los anti inmigrantes, seguramente lo que se quiere decir es que, estos estudiantes no tienen estatus legal. “Eso es correcto, estos estudiantes no tienen estatus legal, pero esa no es la base, para la aplicación de la ayuda en las colegiaturas”

Finalmente dijo que, luego de la demanda ante la corte estatal del condado de DeKal, habían enviado otra carta para que este asunto fuera tratado con la mayor celeridad posible.

Para este próximo 5 de diciembre será la primera audiencia que se lleve a cabo para resolver esta demanda, es la otra oportunidad que tienen los estudiantes y sus abogados para estar de nuevo frente a frente a los regentes para dejarles saber que la aplicación de las leyes como ellos las interpretan, le están causando un gran daño al Estado.

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