La Navidad nos recuerda la misión de Jesús
Por: Estela Figueroa
¿Qué cosa has visto o qué experiencia has tenido que hayas dicho: “Wow qué grandioso y maravilloso es esto? Para los que gustan de viajar quizás digan “Las cataratas del Niágara, las pirámides de Egipto, o el Gran Cañón del Colorado; o alguna otra de las 7 maravillas del mundo.
¿Pero conoces tú el Creador de todas estas maravillas? Es el mismo que te creó a ti. Eres una obra maravilla creada por un gran Creador. Esto sí se merece un gran “Wow”.
Ahora, para nosotros poder expresar belleza, como hacen estos paisajes, debemos sumergirnos en algo mucho más grande que lo que nuestros sentidos naturales pueden percibir.
Ese “algo” es el amor de Dios por nosotros, claramente demostrado en el nacimiento, vida, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. El nacimiento de Jesús marcó el comienzo de nuestra transformación. El inicia el comienzo y la terminación de nuestra búsqueda por la felicidad.
Pablo en su carta a los efesios les habla de este gran amor y como pueden ser fortalecidos por su poder actuando en ellos (Ef. 3:16). Ruega al Padre que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con Su poder en su ser interior. O sea, el poder de Dios actuando en nuestro interior.
El poder viene de Dios y ÉL nos da fuerzas para vencer
¿Vencer qué? Dificultades, frustraciones, traiciones, engaños. Que podamos recuperarnos de cualquier pérdida o dolor que podamos tener. Es sentir que Dios nos sostiene porque tenemos total confianza en Él.
¿Basado en las circunstancias? ¡NO! Basado en este inmenso amor. Aun cuando es demasiado grande para comprenderlo. Aun cuando mi problema es muy grande o lleva mucho tiempo. Puedes decir: “Señor, Tú sabes que yo confío en ti”. Dios te dice: “Pues vívelo”. El vivir de esta manera requiere mucha práctica y perseverancia, ¡pero se puede!
¿Ahora, como podemos experimentar este amor? En el versículo 17 nos explica que es por la fe viva en nuestro corazón. Que el amor sea la raíz y el fundamento de nuestras vidas y de todo lo que hacemos. Estas raíces nos mantendrán fuertes y de buen ánimo ante toda situación difícil o dolorosa. Este amor lo abarca TODO. Amor por Dios, amor por nosotros y amor por los demás.
Para que podamos llegar a tener un alcance total del amor de Cristo, Pablo procede a describirlo. Él dice que este amor es amplio, cubre la amplitud de nuestra propia experiencia y se extiende al mundo entero. Es largo y continúa a lo largo de nuestras vidas. Es alto y se eleva a las alturas de cualquier celebración de júbilo. Y, por último, es profundo y llega hasta las profundidades de nuestro desánimo, desesperación e incluso de la muerte. Dios desea que experimentemos su amor en toda su plenitud. (Ef.3:18)
Él pide al Padre que nosotros podamos llegar al punto de conocer este grandioso amor para que podamos colmarnos de la plenitud total de Dios.
Plenitud en ingles se dice “fullness of life”. O sea, la totalidad de las riquezas de Dios, por ejemplo, el disfrutar de una buena vida. Y no me refiero a riquezas materiales, aunque si lo puede incluir. Sino a disfrutar de una calidad de vida.
Este amor es mucho más grandioso que las maravillas del mundo, de todo lo que podamos conocer, entender, comprender. O sea, excede a todo conocimiento, a cualquier experiencia que hayamos tenido (cualquier situación sobrenatural o milagro que hayamos vivido).
A veces nos sentiremos en una colina, cerquita de Dios; pero otras veces, nos sentiremos en valles de sombra y de muerte. (Sal.23)
Él es fiel y por eso le rendimos a Él nuestros miedos, enojos, dudas, deseo de controlar, etc.
Cuántos de nosotros sabemos cuan grande es Dios, cuan poderoso es, cuanto nos ama. Pero lo sabemos intelectualmente porque cuando vienen las dificultades en nuestra vida, nos desmoronamos. Y es algo natural que esto suceda. Pero hay una solución, un escape, una salida. Jesús aun sana!
Es poderlo experimentar, vivirlo, sentirlo. ¡Es andar en el amor de Dios!
La confianza es una expresión de amor. Pidámosle a Dios que nos ayude a confiar en su amor. Que podamos estar convencidos que Él está trabajando todo para nuestro bien o que Él está en medio de nuestra tormenta.
Este es el mensaje que nos trae la Navidad. Jesús vino al mundo con una misión: traernos plenitud de vida, de acuerdo con sus gloriosos recursos.
PLENITUD DE DIOS, PLENITUD DE VIDA
Estela Figueroa.
Renacer Atlanta
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