Las lágrimas de Arturo, debajo del “Arco de los sueños rotos”

Por: Rafael Navarro—ENG.

Arturo Martínez mientras contaba su testimonio de no poder asistir a la universidad pública y tener que haber abandonado sus estudios.
Arturo Martínez mientras contaba su testimonio de no poder asistir a la universidad pública y tener que haber abandonado sus estudios.

Arturo se había ataviado con su bata, la toga y el birrete azul que siempre ha soñado llevar el día en que pueda graduarse en Ciencias de la Computación, pero esta vez a diferencia de las veces en que lo imagina en su soledad se dejó ver junto a un grupo de estudiantes, quienes como él no tienen el acceso a las universidades públicas de Georgia, porque una directriz de las autoridades educativas se los prohíbe.

“Mi nombre es Arturo Martínez, tengo 19 años y mis padres me trajeron de México a los 8 años…”, dijo el joven, graduado de la secundaria de Norcross en el 2012 donde además fue víctima de bullying por no hablar bien inglés en los primeros años de escuela, su hermana Daniela, quien antes le había cedido la palabra se apartó a un lado sin poder contener las lágrimas.

Arturo prosiguió contando su historia, dijo que sus padres lo habían traído a este país con la esperanza de darle una vida mejor y para que saliera adelante y eso no había sido posible gracias a las trabas que los políticos del Estado han puesto para que estudiantes como él no sigan sus estudios.

“Me toca ver como los compañeros a los que les ayudaba hacer sus trabajos van a las universidades sin ningún problema porque ellos si tienen papeles…” narró mientras su voz se entrecortaba y era interrumpido por una algarabía que gritaba, “No papers no fear” “No papers no fear”, “Sin papeles, sin miedo”, “Sin papeles, sin miedo!”.

Una lucha que no termina

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El lunes 28 de abril decenas de estudiantes de los llamados “Soñadores” se tomaron la entrada de la Universidad de Georgia en Athens y luego dialogaron con el presidente de dicha institución Jere W. Morehead, a quien le pidieron cumplir con lo establecido por el estatuto de la Junta de Regentes del Sistema Universitario, en el sentido de dejar estudiar en las universidades públicas a los jóvenes que puedan demostrar su presencia legal en el país, tal como lo pueden hacer ahora los estudiantes con Acción Diferida.

La Universidad de Georgia en Athens, es uno de los 5 centros de educación superior del Estado donde los jóvenes indocumentados con Acción Diferida no pueden estudiar como residentes de Georgia sino como extranjeros, lo que les encarece el triple el valor de la colegiatura.

Por eso los jóvenes reunidos en la Alianza de Estudiantes Universitarios de Georgia—GUYA, por sus siglas en inglés, protestó contra la disposición 4.1.6, que prohíbe que los jóvenes inmigrantes asistan a las universidades públicas del Estado, y la manifestación se inició debajo del arco que sirve de entrada al reciento universitario, uno de los más importantes.

Luego de haber llevado a cabo lo que los organizadores denominaron “El estado del sueño” en el que narraron la forma cómo han venido siendo segregados de la educación superior como en otro tiempo se hizo con la comunidad afroamericana, se bautizó a la entrada del la universidad como “El arco de los sueños rotos” y procedieron a dirigirse a las oficinas del presidente de la universidad.

Contrario a lo que se creía, el presidente Jere W. Morehead recibió a una comisión de los manifestantes con los que habló por espacio de media hora, tiempo durante el cual sus compañeros no cesaron de gritar, “No justice, no peace” “No justice, no peace” “Undocumented, unafraid” “Undocumented, unafraid”.

La respuesta fría que calentó los ánimos

Eduardo Samaniego de la Alianza de Estudiantes Indocumentados de Georgia
Eduardo Samaniego de la Alianza de Estudiantes Indocumentados de Georgia

Cuando Eduardo Samaniego uno de los organizadores y quien fue invitado a hablar con el presidente de la universidad apareció en la puerta nuevamente, su rostro reflejaba la frustración, y el desencanto de quien queriendo ser, no es aun el portador de las mejores noticias.

“Nos han dicho lo mismo”, fue lo una de sus primeras frases, mientras en los rostros de los jóvenes comenzaba a dibujarse el mismo sentimiento.

“Sus posiciones están completamente en la línea de este caso, él no quiere decir que se opone a esta política que prohíbe a las universidades (recibir a los indocumentados) pero tampoco quiere decir si está de acuerdo con esta política”, dijo Samaniego.

“Él dice que no tiene el poder de cambiar esta ley y nosotros sabemos que no tiene el poder, pero sabemos que él tiene moral y puede pronunciarse con respecto a esto, los estudiantes de la Universidad de Georgia firmaron una declaración donde se oponen a esta política”, recordó.

“Ahora queremos que el presidente incluya a los estudiantes que él representa y a los profesores que él representa y se ponga en contra de esta política”, dijo el joven. “Queremos ahora que esta institución le ponga presión a su presidente para que él represente lo que ellos le han dicho”.

Minutos más tarde, la oficina del presidente de University of Georgia expidió un escueto comunicado en el que hablaba del encuentro con los jóvenes.

“La Comunidad Universitaria aprecia la variedad de puntos de vista compartidos a través del diálogo en este campus universitario. Eso por eso tuve hoy una reunión con los representantes de la Alianza de Estudiantes Indocumentados en UGA”, dijo.

“Como una unidad del Sistema, la Universidad de Georgia, sigue las políticas de los Regentes. Como Presidente, he escuchado las preocupaciones expresadas hoy y voy a transmitir esas preocupaciones a
los Regentes.”, concluyó Jere W. Morehead.

Escuchado el informe de la reunión con el presidente del Alma Mater, los estudiantes subieron entonces las gradas que los separaban de las puertas de las oficinas del funcionario y comenzaron a pedirle que mostrara la cara. “Show your face”, gritaban hasta el cansancio, mientras otros golpeaban las puertas como esperando que alguien les abriera y les dijera que lo escuchado no era cierto.

Un piquete de policías alejó a los manifestantes de la entrada replegándolos de nuevo debajo de las escaleras donde por varias horas, volvieron a llorar, volvieron a reclamar, volvieron a declarar su decepción con los políticos, con la segregación, con el gobernador y el presidente Morehead.

“El Arco de los sueños rotos”

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Al caer la tarde, Arturo quien en la mañana había contado su historia con voz entrecortada, se había recostado a un lado de la escalera que daba hacia la oficina del hombre que podría haber tenido en sus manos la solución a su querella de no poder ir a la universidad a estudiar lo que él quiere, pero esta vez estaba más tranquilo, aunque no menos triste.

Antes lo habíamos visto apartarse debajo del arco que por el momento no podrá cruzar como estudiante regular y cumplir sus sueños por ahora truncados, por eso quizá, mientras sus otros compañeros arengaban, gritaban y hacían algarabía, Arturo se había refugiado en un llanto silencioso que pocos pudieron ver, pero que no bastaba indagar para entender que le salía del alma.

No cabe duda que le dolía en sus entrañas ver su sueño quebrado una y otra vez y que las lágrimas que no podía ahogar en su garganta no eran más que el despreciable castigo al que jóvenes como él han sido sometidos por los republicanos que han gobernado al Estado en los últimos diez años,
implementando políticas segregacionistas en contra de los inmigrantes.

Su imagen era la representación más elocuente de lo que fuera bautizado más tarde como “El arco de los sueños rotos”.

Una demanda en curso

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En lo referente a la demanda que un grupo de 39 estudiantes interpusieron en agosto del año pasado a través del abogado Charles Kuck, a la Junta de Regentes del Sistema Universitario de Georgia por no permitir a los estudiantes de DACA, ir a las universidades públicas, los estudiantes se siguen preparando para la próxima audiencia que es este 6 de mayo.

La demanda se refiere a que los estudiantes con Acción Diferida están pidiendo se les dé el mismo derecho de pagar sus colegiaturas como residentes del estado de Georgia, como dice el reglamento creado por la junta de regentes.

En ese tenor, el reglamento de la Junta de Regentes del Sistema de Educación del Estado advierte que los estudiantes tienen que comprobar que tienen presencia legal, no estatus legal, en el estado para acceder a las ayudas en las matriculas.

Las 5 universidades estatales en las que se les han cerrado las puertas a los indocumentados son: University of Georgia en Athens; Georgia Tech, Georgia State University, Medical College of Georgia, Georgia College & state University, y Kennesaw State University.

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VER VIDEOS RELACIONADOS A LA PROTESTA ESTUDIANTIL

www.youtube.com/watch?v=XfFbnuyjNko&list=UUITaQbKKxFwwP3QbiOgBjQw

www.youtube.com/watch?v=YSsbj9QhFiU&list=UUITaQbKKxFwwP3QbiOgBjQw

www.youtube.com/watch?v=7-L1x8LYf_Q&list=UUITaQbKKxFwwP3QbiOgBjQw

www.youtube.com/watch?v=sny1PHE_W1w&list=UUITaQbKKxFwwP3QbiOgBjQw

www.youtube.com/watch?v=5gc7wIHCxhk&list=UUITaQbKKxFwwP3QbiOgBjQw

www.youtube.com/watch?v=CgFAsNf7VMI&list=UUITaQbKKxFwwP3QbiOgBjQw

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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