MANO DERECHA DE TRUMP ACEPTA CARGOS CRIMINALES
Este lunes, Paul Manafort, ex asesor de la campaña del presidente Donald Trump, y uno de los ex asociados de negocios de Manafort, Rick Gates, se entregaron al FBI como parte de las investigaciones del fiscal especial Robert Mueller sobre el Rusiagate y fueron imputados por conspiración contra Estados Unidos, por lavado de dinero y actuar como agentes de un gobierno extranjero, dijeron agentes noticiosas.
En la acusación se lee, que el exjefe de la campaña de Trump lavó más de 18 millones de dólares en la compra de propiedades, bienes y servicios en Estados Unidos. “Manafort usó su dinero escondido en el extranjero para llevar un estilo de vida de lujos en los Estados Unidos sin pagar impuestos sobre ese ingreso”, se lee en la acusación. En el caso de Gates, denuncian que transfirió más de tres millones de dólares desde sus cuentas en el exterior a otras que él mismo controlaba.
Ambos están acusados también por dar falsos testimonios: “Como parte del esquema, Manafort y Gates en distintas ocasiones dieron información falsa a contadores financieros, de impuestos y a consejeros legales, entre otras cosas”.
En 2005, señala la acusación, Manafort creó Davis Manafort Partners Inc. (DMP) para dar servicios de consultoría política y con empleados en Estados Unidos, Ucrania y Rusia. Más tarde, en 2011, creó DMP International, LLC, para atender a clientes extranjeros, en particular al gobierno ucraniano y al Partido de las Regiones. En ambas organizaciones Gates fungió como mano derecha del ex jefe de campaña de Trump.
Junto a Gates registró en Delaware, Florida y Virginia casi una veintena de empresas con las que condujo una campaña a favor del gobierno ucraniano tanto en Estados Unidos como en Europa. También registró otra docena de compañías en Chipre, dos en las Granadinas y una más de Reino Unido.