Sin límites…
Por: Rafael Navarro- ENG
Desde que lo conocí la primera vez hace un par de años, Javier ha tenido un desarrollo motriz bastante avanzado, tanto que en la caminata como parte del Triatlón Sin Limites donde lo fui a ver participar, hizo sus vueltas reglamentarias y se colgó la medalla en su pecho como todos los buenos ganadores.
“Él tiene un síndrome raro que muy pocos niños lo tienen, se llama el Bannayan Riley Ruvalcaba Syndrome cuya primera característica es el autismo que él lo tiene muy marcado”, dice Hortensia Blansie, su madre y ahora su entrenadora.
Blansie dice que, el principal problema de esta condición está en los músculos.
“Los tiene muy frágiles, no tiene muy fuertes los músculos”, señala.
Sin embargo, en los dos últimos años desde que comenzó en firme con la natación, su condición ha ido cambiando, tanto que pasó de solo caminar a correr pequeños tramos.
“Él tiene dos años practicando natación, la nación es un deporte completo, y ha adquirido más fuerza en sus brazos y en sus piernas, antes solo caminaba ahora apura más el paso…”, advierte.
Siempre sorprenden
Xavier Nieves un instructor quien lleva un año asistiendo a niños especiales, dice que es una experiencia muy grata.
“Todos los días pienso que va a ser lo mismo y estos niños siempre me sorprenden…”, dice Xavier, quien los instruye en natación
“Se les enseña seguridad en el agua, muchos niños mueren por ahogarse y es bueno entrenarlos en eso, y luego empezamos a nadar…”
Como Javier, Melanie de 9 años, también nació son una condición especial que se llama Síndrome de Regresión Caudal, el cual le afecta la columna, los riñones; tiene un problema en la cadera y no tiene completo el pie derecho.
“Nació así, no es genético…ella tiene tres especialistas que la ven frecuentemente”, dice su padre Carlos Pérez.
Pérez dice que Melanie empezó terapia desde recién nacida y con el tiempo la han ido vinculando en actividades deportivas, además de que le gusta la natación y la música.
Todos son campeones
Griselle Méndez, dice que su hijo Alejandro de 14 años, tiene Distrofia Muscular de Duchenne, una condición degenerativa de los músculos.
“Nacen como niños normales y van perdiendo sus movimientos, y dejan de caminar como a los 10 o 12 años…”
Méndez, dice que llegando a Georgia desde Puerto Rico hace unos cuatro años, cuando solo tenía 10, Alejandro dejó de caminar, ahora solo se mueve en silla de rueda en una bicicleta especial donde hace deporte.
Sin embargo, Alejandro practica Power Soccer y toma clases de natación.
Lo que tienen en común
Paradójicamente lo que Javier, Melanie y Alejandro, lo mismo que los casi 20 menores que tomaron parte de la más reciente competencia de la Triatlón Sin Limites en el condado de Gwinnett no son sus padecimientos, sino su fuerza, su entusiasmo y su alegría contagiosa que logró unir a todos los espectadores en un solo sentir.
“Este es un triatlón adaptado para que individuos con discapacidades físicas puedan competir en natación, ciclismo y carrera”, explicó Erin Bishop, una de las responsables de la organización.
Para Helmut Levi, un ex nadador olímpico y entrenador de niños especiales, la clave está en entender que cada menor lo primero que necesita es aprender a desarrollar sus capacidades, que también las tiene.
Tras haber participado en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1978 y Moscú en 1980, Levi tomó la decisión de entrenar niños especiales en honor a dos de sus hermanas que padecieron de síndrome de Down.
“La natación es una plataforma para mejorar su calidad de vida, para que ellos se encuentren en un entorno donde van a respirar mejor, van a recibir información, a desarrollar y ejecutar esa información más adelante”, dice.
“Queremos que los niños puedan ser independientes en el agua, ese es nuestro objetivo”
Hay que darles libertad
Carlos Pérez, dice que “Nosotros los latinos como que ocultamos las cosas, pero no tiene que ser así”
Se refiere a las familias que, teniendo a alguno de sus miembros con alguna discapacidad, en vez de ayudarlo a superarse, terminan por no vincularlo a actividades deportivas y recreativas.
“Tenemos que darles la libertad para que ellos mismos sobresalgan, para hacer todas sus actividades”, dice Pérez.
Hablando de Melanie su hija, dice que ésta va a la escuela normal, cursa el grado tercero, le gusta la música, va a clases de natación y le gusta jugar y divertirse.
Hortensia Blansie, ha tomado otra decisión con respecto a su vida y a la de su hijo, ahora ha decidido ser su entrenadora en natación, pero va más allá.
“Yo quiero tener una certificación para ser entrenadora de novación para niños especiales…”
Finalmente, no se trata de recursos, ni de la capacidad de los menores.
“Yo les digo a los padres que busquen, que hay muchas ayudas, muchos fondos para pagar las clases…”, dice el entrenador Nieves.
“Nosotros les damos las herramientas para que ellos puedan buscar la ayuda…pero que los ponga a hacer algo porque eso los ayuda mucho y se distraen y sirve para toda la familia”, concluye.