La invasión

 La invasión

Durante muchos años el país más poderoso del mundo se sintió vulnerable ante los inmigrantes que venían de México. Muchos estadounidenses decían que se trataba de una “invasión” de mexicanos o, peor aún, de una “reconquista” de los territorios que perdió México frente a Estados Unidos en 1848. Bueno, eso se acabó.

Durante 4 décadas México envió a Estados Unidos más inmigrantes que cualquier otro país en la historia. Pero en un hecho que ha tomado a muchos por sorpresa, esa tendencia se ha detenido por completo. Los mexicanos, en lugar de venir a Estados Unidos, se están regresando a México.

El Pew Hispanic Center acaba de reportar que el número de mexicanos en Estados Unidos bajó de 12.6 millones en el 2007 a 11.9 millones en el 2011. Esto es absolutamente inusitado, sobre todo si tomamos en cuenta que en el año 2000, por dar un ejemplo, llegaron a Estados Unidos 770 mil mexicanos. Ya no.

La pregunta de fondo es ¿por qué se están regresando? Aquí, inmediatamente, han salido muchos políticos a dar su sesgada visión de los hechos. El presidente Felipe Calderón se tomó el crédito y dijo que “estamos creando oportunidades de empleo y de educación para los jóvenes en México.”

La realidad es que el gobierno de Calderón no pudo crear un millón de empleos al año, como prometió en su campaña. Y si no pudo dar trabajo y buenas escuelas a miles de jóvenes en México, mucho menos lo ha hecho para los que se regresan de Estados Unidos.

El centro Pew es más objetivo. Los mexicanos en Estados Unidos se están regresando a México debido a “la debilidad del mercado laboral en Estados Unidos y a que no hay trabajo en la construcción, a que hay más vigilancia en la frontera, al aumento de las deportaciones, al creciente peligro de cruzar ilegalmente, a la reducción de la tasa de natalidad en México y a mejores condiciones económicas en México.”(*)

Lo sorprendente de este regreso de mexicanos a su país es que prefieren una nación marcada por la violencia y 50 mil muertos en 5 años a quedarse en Estados Unidos donde se sienten perseguidos y discriminados. Es decir, prefieren arriesgarse a los balazos de los narcos en Michoacán y Sinaloa a los policías actuando como agentes migratorios en Alabama, Georgia y Arizona.

Nunca, en los más de 25 años que llevo viviendo en Estados Unidos, había visto un clima antiinmigrante tan hostil y destructivo como ahora. El presidente Barack Obama ha deportado a más inmigrantes mexicanos que ningún otro mandatario norteamericano, separando a miles de familias.

Los Republicanos han impuesto leyes estatales contra inmigrantes en varios estados, se oponen al Dream Act y a una reforma migratoria, y su candidato presidencial, Mitt Romney, insiste en la ingenua idea de “autodeportar” a millones.

Ser inmigrante es cada vez más difícil en Estados Unidos. La frontera entre ambos países está más segura y vigilada que nunca. Y es un argumento falso el decir que (*) Pew Hispanic: “The standstill appears to be the result of many factors, including the weakened U.S. job and housing counstruction markets, heightened border enforcement, a rise in deportations, the growing dangers associated with illegal border crossings, the long-term decline in Mexico’s birth rates and broader economic conditions in Mexico.”

Se necesita proteger la frontera antes de pensar en una legalización de indocumentados.

Es posible que el número de mexicanos en Estados Unidos vuelva a aumentar cuando terminé aquí la crisis económica y se vuelva a necesitar, como antes, su mano de obra. Pero por ahora la tasa es cero o menos.

Este es, entonces, el momento perfecto para una reforma migratoria. Ya que se tiene controlada la frontera y se ha reducido el número de mexicanos, es necesario ayudar y legalizar a los 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos. Seguir haciéndoles la vida imposible es injusto e inhumano.

Los países verdaderamente grandes se miden por la manera en que tratan a los más vulnerables, no a los más poderosos. Es una contradicción enorme el que Estados Unidos tenga en su declaración de independencia que todos somos iguales y que, al mismo tiempo, trate tan mal y de una forma denigrante a millones de inmigrantes.

No hay invasión ni reconquista. Lo que sí hay es un odio horrible e injustificado en contra de los que tanto hicieron por sacar adelante a Estados Unidos en sus momentos más difíciles.

Jorge Ramos

Jorge Gilberto Ramos Ávalos, es un periodista y autor mexicoamericano. Considerado como el presentador de noticias en español más conocido en los Estados Unidos, se le conoce como "El Walter Cronkite de América Latina".

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