Estrés…a la vista!
Por: Juliana Henao
Por fin las anheladas vacaciones de verano han llegado y pareciera que todo va a ser felicidad y tranquilidad, pero la realidad puede ser otra y las vacaciones pueden ser un verdadero dolor de cabeza, el tener los hijos en casa todo el día, buscar el lugar apropiado y la persona responsable para que los cuiden, planear los viajes, la rutina de quedarse en casa, las visitas de familiares y amigos, puede hacer que el verano sea sinónimo de estrés.
El estrés es natural en el ser humano, y se puede entender como una reacción emocional frente cualquier situación que exige una actividad extra por parte de la persona que no es su rutina normal o que siendo una rutina diaria es bastante exigente. En algunos casos, el estrés puede ser positivo porque puede llevar a la persona a desarrollar habilidades que no conocía, pero si permanece por mucho tiempo puede ser llevar generar enfermedades emocionales y físicas.
De acuerdo a Bruce Lipton el 90 por ciento de las personas que van al médico es debido al estrés, según él, las hormonas del estrés afectan directamente el sistema inmunológico y el cuerpo queda sin defensas. Por eso, una persona que presenta estrés puede fácilmente enfermarse de gripa, presentar gastritis, no dormir, sentirse agotado, tener alteraciones del apetito, también puede presentar úlceras, estreñimiento e hipertensión.
No existen reglas mágicas para evitar el estrés y cada ser humano es diferente, pero de acuerdo a los expertos en las diferentes ramas de la salud, la clave está en un tener ante todo un equilibrio mente-cuerpo, donde se piense bien, y la mente y las emociones están alienadas.
Algunas prácticas que pueden implementarse durante el verano para que el estrés no sea el invitado de honor son:
-Estar presentes, disfrutar lo que se tiene. Si tiene que trabajar durante el verano agradezca que tenga una fuente de ingreso que le permite satisfacer sus necesidades básicas y la de su familia. Si está en casa, y no tiene dinero extra para viajar, busque actividades que no generen salirse del presupuesto familiar como ir a caminar a un parque, jugar cartas, jugar fútbol.
Recuerde cuando era niño y qué actividades hoy recuerda con alegría, con seguridad fueron las más simples.
-Descanse cada vez que tenga oportunidad. Si bien nuestra sociedad de hoy nos invita a vivir una vida ocupada y llena de actividades, el equilibrio se logra cuando tenemos tiempo para descansar y realizar actividades en forma alterna. Que sea verano no significa que tiene que estar haciendo “algo”. Leer un libro, una revista, o simplemente disfrutar el paisaje desde la puerta de su casa y mirar al cielo puede ser una oportunidad para relajarse.
-El hecho de que durante el verano pase más tiempo con su pareja e hijos puede generar conflictos, y algo tan simple como elegir a dónde comer puede ser una batalla. La mejor alternativa es comunicar bien que se quiere y escuchar.
-Hacer una lluvia de ideas, donde se le pregunta a cada miembro de la familia qué quiere hacer, luego escribirlo en papel y establecer un horario para realizar una actividad por semana no solo le brindara a todos el sentimiento de que han sido escuchados, y que son valorados, sino también que es una oportunidad para aprender a esperar y a compartir.
Si el estrés persiste y usted siente que nada de lo que ha hecho le ha servido, no dude en buscar ayuda inmediata de un profesional de la salud.