La bendición de dar gracias

 La bendición de dar gracias

Por: María Isabel Pérez

El día de acción de gracias es una tradición familiar que se lleva a cabo en Canadá y Estados Unidos, aunque en diferentes fechas, en octubre y noviembre, respectivamente, pero también en otras regiones del mundo como el caso de Brasil.

Nace de una tradición cristiana en el cual las familias se reúnen para dar gracias a Dios por todo lo recibido en el año. Normalmente se realiza una gran cena con características de banquete, en el que se prepara generalmente un pavo relleno con toda suerte de platillos adicionales y ensaladas.

Se considera que la acción de gracias llegó con la reforma protestante y la llegada de los primeros colonos procedentes de Inglaterra a Norteamérica, por los años 1500. Según los historiadores en Estados Unidos habría tenido su origen histórico en Plymouth, lo que es actualmente el estado de Massachusetts.

Allí, los colonos organizaron una celebración para agradecer a los nativos de la tribu Wampanoag, que les enseñaron las técnicas de cultivo de los principales producto de la época, como el maíz, lo mismo que a cazar y a pescar en la zona, lo cual les ayudó a prosperar y evitar repetir una temporada de hambruna y enfermadles vividas en el pasado cuando apenas se habían establecido en el nuevo mundo.

Esta tradición se ha mantenido por siglos. Por supuesto hoy es diferente. Aunque se mantiene la tradicional cena del pavo, la actividad comercial ha inspirado eventos alternos conmemorativos, y al mismo tiempo se lanza oficialmente la temporada de compras navideñas. 

Quizás usted no celebre de la misma manera, tal vez es un tiempo libre que es utilizado para viajar o visitar amigos o parientes, pero es importante recordar el fondo de la tradición. 

No importa si no sigue una religión, no importa si su religión es diferente, la idea de dar gracias, debe ser una actitud hacia los aspectos positivos de la vida. Especialmente si hemos llegado hasta aquí, al final del 2021, en el marco de la pandemia del covid-19 que ha cobrado la vida a cientos de miles de personas alrededor del planeta. 

Hay mucho por lo que estar agradecido. Muy bien sino se ha enfermado, muy bien si se ha recuperado, muy bien si su familia está sana y completa.  Muy bien por lo hombres y mujeres que estuvieron al frente en primera línea trabajando para que a usted y a mí no nos faltara atención médica, alimentos, servicios públicos, seguridad y en general para que la vida siguiera lo más normal posible. 

En los tiempos actuales, donde el mundo enfrenta múltiples retos, y las diferencias económicas, políticas, religiosas, se evidencian aún más por la inmediatez que nos brindan los medios de comunicación y las redes sociales, es necesario hacer un alto y apreciar lo que tenemos y hemos recibido en el año que está a punto de terminar.

Pero no solo se remite a reconocer los favores recibidos sino a compartirlos. Me alegro de su fortuna, de los frutos de su duro trabajo, de su estabilidad económica y emocional. Pero qué hermoso sería que no solo se tratara de expresar agradecimiento sino también de dar a los demás, de extender esa bendición a otros. De repetir la inspiración inicial de la fiesta de acción de gracias. 

Dedicar un momento a compartir lo que tenemos y con esto no me refiero a las cosas materiales únicamente, a veces es más importante compartir un momento de amistad, un momento de solidaridad con el prójimo, escuchándolo, haciéndole sentir que no está solo.  

Tal vez en su barrio, en su comunidad usted conozca a alguien que acaba de llegar al país, que aún se siente fuera de lugar. 

Ahora que las condiciones lo permiten, invite a esa persona. Sea de bendición para ella, confiando en que, en el futuro, ella hará lo mismo con la siguiente y así seguir repitiendo la noble tradición del día de acción de gracias.  

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