Recelo contra personal policial, tiene bases en evidencias científicas

Los padres que carecen de estado legal en los Estados Unidos son más propensos que los padres documentados a enseñarles a sus hijos a desconfiar y a tener cuidado con las interacciones con el personal policial y con personas que no son de origen latino, así se desprende de un estudio de la Universidad de Michigán, preocupada por el tema en tiempos en que las relaciones con las autoridades se han vuelto tensas en casi todo el país.

“Estos mensajes, a su vez, resultan en niveles más altos de depresión entre estos adolescentes”, se lee en el estudio publicado esta semana, y eso tiene sus explicaciones en la forma cómo algunos departamentos de policías y alguaciles como los de Gwinnett, Cobb o Hall, hacen parte de programas que permiten la deportación de personas que han vivido en el país por largos años.

Los mensajes étnicos y raciales transmitidos de padres a hijos, o la socialización étnico-racial, se usan a menudo para preparar a los adolescentes de minorías para afrontar situaciones discriminatorias fuera del hogar, de acuerdo con Fernanda Cross, profesora asistente en la Escuela de Trabajo Social de la U-M y autora principal del estudio. 

Cross dijo que la actual administración presidencial es abiertamente antagónica hacia los inmigrantes latinos indocumentados, en particular, quienes enfrentan la posibilidad constante de deportación y separación familiar.

Estos obstáculos, dijo, pueden tener un impacto significativo en qué y cómo los padres latinos enseñan a sus hijos sobre las relaciones étnicas y raciales. Esto incluye el aumento de la concientización de los niños sobre los posibles prejuicios y barreras que enfrentarán debido a su origen. 

Más de 110 adolescentes latinos de 14 a 17 años y sus madres completaron encuestas en inglés o español sobre la socialización étnico-racial, dificultades relacionadas con la discriminación, y estrategias de cómo afrontar prejuicios raciales.

Aproximadamente el 90 por ciento de los padres, independientemente de su estado legal en el país, respaldaron la importancia de enseñar a los niños sobre el orgullo étnico y racial, como el idioma, las costumbres culturales, la tradición y la historia.

El estudio mostró que los padres indocumentados instruyen a los niños a evitar discusiones y conflictos relacionados con la política, el estado legal, o las relaciones étnicas o raciales. 

Los participantes documentados informaron haber sido maltratados debido a su limitado nivel de inglés y antecedentes migratorios pero las estrategias dadas por los padres motivaron a los hijos a afrontar situaciones de discriminación étnica o racial, y abogar por sí mismos, informaron los investigadores. 

Cross dijo que los participantes expresaron sus percepciones de que, para evitar contacto con las autoridades y minimizar riesgo de deportación, las familias inmigrantes e indocumentadas deben seguir siempre la ley, comportarse bien, y ser respetuosos.

“Lo hicieron por temor a que, incluso en situaciones en las que no cometieron ningún error, podrían ser tratados como delincuentes por no tener papeles, lo que podría llevar a un desenlace impensable para sus familias”, dijo Cross.

Cuantitativamente, los padres indocumentados informaron mayores índices de mensajes de socialización cultural que los padres documentados. Los autores creen que esta diferencia puede tener sus raíces en dos aspectos simultáneos de la experiencia del inmigrante indocumentado: una mayor prominencia de su herencia cultural y los medios limitados en que los padres indocumentados pueden sentirse seguros expresando esta herencia. 

Adicionalmente, en un análisis de las entrevistas, los padres revelaron preocupaciones por la salud mental de sus hijos. Por ejemplo, los hijos adolescentes de padres indocumentados se sentían temerosos y estresados ​​por la posibilidad de no volver a ver a sus padres nunca más. 

En momentos en que las tensiones raciales se agudizan gracias también a una campaña presidencial polarizada entre quienes satanizan a los inmigrantes indocumentados y el resto de la población, el estudio advierte que el temor de ataques es evidente.

No es de extrañar tampoco que las familias inmigrantes sin documentos se vean amenazadas por las posturas del presidente Trump al usarlos a ellos como caballo de batalla en sus intensiones de reelección y eso los haga sentir más vulnerables.

Resulta desconcertante que avanzada como dice estar la humanidad, en un país como Estados Unidos, antes conocido como la ‘cuna de la libertad’ ahora haya familias que viven presas del pánico de sus propias autoridades a las que deberían ver con respeto y no con miedo.

Rafael Navarro

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