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Hace unos días quienes hicimos parte de la campaña Déjate Ver, nos “sorprendimos”, cuando abrimos las cajas y el total de todas añadiendo las cuentas de los bancos no llegaba a los 3 mil dólares, casi que ni se aproximaba a ellos.

“Sorprendidos”, entre comillas porque para ser honestos el temor de que la participación de la gente fuera baja nos había asaltado a todos, máxime cuando a través de algunas redes sociales y emisoras radiales algunos de quienes se creen la voz de la conciencia de todos habían tratado de boicotear la iniciativa.

Era simple. La campaña Déjate Ver como lo dijimos varias veces desde aquí, buscaba que la comunidad inmigrante participara haciendo sus donaciones en dinero a través de unas cajitas destacadas en algunos negocios reconocidos de la ciudad, y ese dinero entregárselo a las organizaciones que han hecho posible que partes de la ley HB-87 esté frenada en las cortes y el monstruo no nos haya venido a comer a todos.

Eso era todo. La gente sigue sin entender; la gente sigue creyendo que las organizaciones tienen el derecho natural e ineludible de ayudarlos cuando están en problemas y que a cambio de ello no hay que dar nada, sino salir a celebrar con el “chente” Fernández o con el “kile” Iglesias a cuyos bolsillos se van los millones, de quienes para su propio bienestar dicen nunca tener nada!

Allá ellos…!

Rafael Navarro

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