Cruzando las fronteras del ocultismo

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Fragmento de: *Fernando Alexis Jiménez

Mezclar religiosidad con lo oculto resulta un cóctel explosivo. Cuando menos espere, descubrirá que se hunde en prácticas de espiritismo y satanismo. No se puede hablar de magia blanco o benigna, y magia negra.

Nadie puede pretender que si se invoca el nombre de nuestro Señor Jesucristo para realizar conjuros ocultistas, está haciendo algo bueno. El apóstol Pablo fue claro al advertir “… porque ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordancia Cristo con Belial?…” (2 Corintios 6:14b, 15).

Las Escrituras también son claras al exhortar para que “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas…” (Deuteronomio 18:10, 11).

Es hora de renunciar…

Si usted está metido en el ocultismo o cualquiera de sus manifestaciones, es hora de que emprenda la retirada. ¡Hoy es el día! De proseguir por ese sendero, cuando no espere tendrá desagradables sorpresas y puedo asegurarle, estará no solo poniendo en juego sino arriesgando la vida eterna.

¿Qué hacer? Renunciar al ocultismo. Sólo Jesucristo puede sacarnos de la crisis. Los problemas financieros no se resuelven con riegos ni conjuros. Es Dios y sólo El quien puede ayudarnos en momentos de transitar por una encrucijada: “A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra” (Salmos 21:1, 2 Nueva Versión Internacional).

Yo le invito para que dé el paso ahora. Renuncie a todo aquello que le ata con lo oculto. Deshágase de imágenes que desconoce de qué se trata, libros de magia y espiritismo. Y a los acuerdos que haya hecho con el mundo de las tinieblas. Es sencillo, pídale a Jesucristo que haga la obra.

Dígale: “Señor Jesucristo, me arrepiento de haber caído en la idolatría y darle a lo oculto la adoración que sólo debes tener tú. Renuncio a toda fuerza, pacto o acuerdo que haya hecho con el ocultismo, imágenes, o demonios. Toma control de todo mi ser. Gracias por hacerme libre. Te acepto ahora como mi único y suficiente Salvador”. Amén. (www.miiglesia.com/site/show-post.php/cruzando-las-fronteras-del-ocultismo)

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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